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Reportaje:

Un atentado para no olvidar

La comunidad judía argentina condena a Irán, en un acto en el que participa Pilar Rahola, por la masacre terrorista de 1994

Alejandro Rebossio

Argentina ha vuelto a recordar esta semana el peor atentado terrorista de su historia, el que el 18 de julio de 1994 destruyó el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en Buenos Aires y asesinó a 85 personas. Sólo tres oradores tuvo el acto del miércoles pasado en el que se recordó el ataque terrorista islámico y uno de ellos fue la invitada Pilar Rahola, ex teniente de alcalde de Barcelona, ex diputada por Esquerra Republicana y actual columnista de EL PAÍS. "Argentina está dando una lección al mundo", dijo Rahola ante miles de asistentes, entre los que estaba el presidente argentino, Néstor Kirchner.

"Ustedes son un país que se atrevió a hacer una petición internacional en Interpol contra responsables del Gobierno iraní", recalcó Rahola.

"Argentina está dando una lección al mundo", dijo Rahola en Buenos Aires ante miles de asistentes, entre los que estaba el presidente del país, Néstor Kirchner

Han pasado 13 años desde el ataque a la AMIA y todavía nadie ha sido condenado. El que fue presidente argentino Carlos Menem entre 1989-1999 está siendo investigado por la Justicia por presunto encubrimiento. Un juicio oral contra los argentinos que supuestamente colaboraron con los terroristas islámicos terminó sin culpables por irregularidades en la investigación judicial.

Pero a principios de este año, el juez Rodolfo Canicoba Corral pidió a Interpol la captura del presidente de Irán en tiempos del atentado, Alí Akbar Hachemí Rafsanyani, y de otros siete funcionarios de ese país. En 1992, después de que Menem decidiera la participación argentina en la Guerra del Golfo, Buenos Aires sufrió un ataque contra la embajada de Israel, que dejó 22 muertos.

Los alrededores del nuevo edificio de la AMIA, erigido donde estaba el anterior, permanecían el miércoles pasado cortados al tránfico. Unos 500 policías y hasta algún que otro militar de gafas negras y armas largas estaban desplegados por el barrio porteño de Once, el más tradicional para el numeroso colectivo judío de Argentina.

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A las 9.50 sonó una sirena de bomberos. Kirchner, su esposa y candidata a sucederlo, Cristina Fernández, y todos sus ministros estaban entre el público, al igual que el candidato presidencial de la oposición Roberto Lavagna. A las 9.53, a la misma hora que hace 13 años se había oído la explosión, se mantuvo un minuto de silencio y luego se leyeron los nombres de las 85 víctimas mortales. Personas con o sin la kipá (el solideo usado por los varones judíos) se secaban las lágrimas con pañuelos de papel.

Después, el presidente de la AMIA, Luis Grynwald, pidió que el Gobierno argentino rompiera las relaciones diplomáticas con Irán y que declarara organización terrorista a la milicia chií iraní Hezbolá, acusada de ejecutar el atentado. Pero también respaldó a Kirchner porque en la próxima asamblea general de Naciones Unidas, en septiembre próximo, condenará a Irán por incumplir leyes internacionales, dada la falta de colaboración de ese país con la investigación del ataque a la AMIA. "Con mucha alegría oí decir que el presidente [Kirchner] hablará en la ONU y denunciará a Irán. Si es así, le felicito", dijo la siguiente oradora, Pilar Rahola.

Pero la ex teniente de alcalde de Barcelona formuló "una petición humilde a las autoridades argentinas: "Ese que se hace llamar Partido de Dios, que trajo el infierno a la Tierra, tiene que ser tipificado como célula terrorista. En España ya lo hemos hecho. Hezbolá no puede tener una oficina abierta", añadió.

Rahola cargó contra quienes se dicen de izquierdas, recurren a la violencia o apoyan a Irán. Al finalizar su discurso fue la más aplaudida y algún manifestante gritó a Kirchner y su mujer: "Aprendé, Néstor. Aprendé, Cristina".

Por último, tomó la palabra el viudo de una víctima del atentado, Sergio Burstein, que criticó a Menem, pero también a Luis d'Elia, un ex funcionario del Gobierno de Kirchner que ha viajado recientemente a Irán invitado por el Gobierno de Mahmoud Ahmadinejad y que niega que fanáticos islámicos hayan sido los responsables del ataque a la AMIA. D'Elia, que se hizo conocido en los piquetes que montaban los parados durante la última crisis argentina, asistió el jueves a la presentación de la candidatura presidencial de Cristina Fernández de Kirchner.

Sin embargo, al retirarse del acto de la AMIA, el presidente argentino apoyó todo lo que había escuchado. "Creo que todo lo que se dijo fue claramente expresivo de lo que sentimos y lo que pensamos. Nosotros, lamentablemente, llegamos [al gobierno] nueve años después [del atentado]".

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