¿Quién da más por la memoria de 'La Doña'?
María Félix fue icono de la época dorada del cine mexicano. Y ahora su legado se subasta en Nueva York entre quejas de sus compatriotas
María Félix, La Doña, fue hallada muerta en la cama de su residencia de México DF el 8 de abril de 2002, exactamente el día en que cumplía 88 años. México perdía así -en circunstancias que algunos consideran sospechosas- al icono de la época de oro de su cine; una mujer que trabajó a las órdenes de directores como Luis Buñuel y Jean Renoir y que nunca aceptó las ofertas de Hollywood porque, según decía, sólo le ofrecieron papeles de cheyena. Era una leyenda en vida y lo sigue siendo. Cuando Christie's anunció que ayer y hoy iba a subastar parte de su legado en Nueva York, unos 150 ciudadanos se rebelaron y enviaron una carta al presidente Felipe Calderón para evitarlo. Los objetos de la actriz son parte del patrimonio nacional, le transmitieron. Por eso deben permanecer en México. Gabriela Lobo, directora de Christie's en México, lo ve de otra manera: "La que es patrimonio es ella como figura".
Lo que sale a subasta como María Félix: La Doña son 600 lotes: pinturas, retratos, mobiliario de los siglos XVIII y XIX, porcelanas, alfombras, joyas y vestidos de esta diva del cine mexicano, que debutó en 1942 con El peñón de las almas, participó en 48 películas y debe su apodo a su tercera película, Doña Bárbara (1943), basada en la novela de Rómulo Gallegos.
En la sesión de apertura, que tuvo a Salma Hayek como anfitriona, el conjunto salió con un valor de más de 3,6 millones de euros -parte de lo que se recaude se donará a la Cruz Roja mexicana-. Hasta 507.000 euros correspondían a La maja del tarot, un retrato al óleo de 1965 de María Félix, de la pintora surrealista británica Leonora Carrington.
La actriz, que fue fuente de inspiración de escritores como Octavio Paz, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Guadalupe Loaeza y Carmen Barajas, también dejó como legado dibujos y pinturas de nombres ilustres como Salvador Dalí, el francés Antoine Tzapoff (última pareja de la actriz), el italiano Stanislas Lepri, la francoargentina Leonor Fini y el muralista mexicano Diego Rivera, entre ellos, Estudio de María Félix (Madre), una obra a carboncillo realizada en 1948 para promocionar la película Río Escondido. Christie's también las puso ayer a la venta.
"Por amor a México", le instan al presidente los 150 admiradores declarados de la actriz, debe rescatar toda esa herencia. Pero la pretensión era imposible de atender, a pesar de que los firmantes de la carta llamaban la atención sobre algunos puntos oscuros de la herencia de la diosa del cine mexicano. Mencionaban, concretamente, a Luis Martínez de Anda, a su juicio, un "traidor". El ciudadano en cuestión era el asistente personal de María Félix, designado un buen día heredero universal de todos sus bienes, incluidas las dos residencias de la actriz en México y París, para sorpresa y disgusto de familiares y amigos.
La doña se casó cuatro veces. Con Enrique Álvarez, con quien tuvo su único hijo (ya fallecido), con el cantante Agustín Lara, que le compuso el clásico bolero María bonita, con el actor Jorge Negrete y con el millonario francés Alex Berger. Juan Gabriel le escribió María de todas las Marías, y José Alfredo Jiménez le dedicó Ella.
Oficialmente se dijo que María Félix había muerto de un infarto mientras dormía. Pero algunas voces han sembrado dudas al respecto. Por ejemplo, el coleccionista de arte Manuel Ávila Camacho, sobrino del ex presidente mexicano del mismo nombre y "amigo íntimo". "Fue una muerte muy sospechosa", dice y apunta: el heredero universal, "un antiguo empleado poco conocido por los amigos de María Félix", está en paradero desconocido. Además, el hermano de la actriz, Benjamín, presentó una demanda ante la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal por la forma en que falleció la actriz y las múltiples anomalías del testamento. El cadáver fue exhumado, pero la investigación quedó interrumpida por falta de recursos, según Ávila Camacho.
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