Condenados a entenderse

Llevan un año como el perro y el gato pero están condenados a entenderse. Con unos niveles de crecimiento económico en la comunidad envidiados en media Europa, y unas perspectivas económicas de futuro más que optimistas, la Junta de Andalucía y la Confederación de Empresarios de Andalucía afrontan, en pleno verano, su enésimo conflicto, esta vez por culpa de la estrella de la industria andaluza, el sector aeronáutico.

Convertir a Sacesa, en un grupo de contratación aeronáutico de primer nivel, para competir en la consecución del importante paquete de subcontratación que el gigante europeo Airbus tiene previsto sacar al mercado es el motivo de la discordia. Airbus ha anunciado que va a subcontratar a diferentes empresas el 50% de la producción de componentes y estructuras de su nuevo avión, el A-350, y Sacesa, que ya participa de varios proyectos de Airbus, no tiene actualmente más capacidad operativa para competir por esa tarta anunciada. El objetivo colocar a Sacesa como una auténtica Tier One. Y por ende consolidar el sector aeronáutico andaluz a primer nivel.

La Junta posee en Sacesa el 42,48% del capital, a través de la Agencia de Innovación y Desarrollo de Andalucía (IDEA), mientras que el resto del accionariado se lo reparten EADS-CASA (26,94%) Cajasol (20,58%) y Unicaja (10,19%).

La necesidad de incorporar a Sacesa un proyecto nuevo, que la dote de mayor músculo financiero y tecnológico ha llevado a la Junta y a la CEA a un cruce de declaraciones y descalificaciones, en las que la primera urgía la necesidad de que los empresarios andaluces presentaran ya una oferta clara y viable, y los segundos reprochaban a la administración sus prisas y el querer incorporar a firmas de fuera de la comunidad, y restar oportunidades al empresariado andaluz.

Oferta catalano-vasca

Todo esto aliñado con el cruce de una oferta catalano-vasca, presentada por las compañías Ficosa y Alcor. La firma catalana Ficosa, una multinacional del sector fabricante de componentes para la automoción, era la alternativa buscada por la Junta para solucionar la recolocación del personal alistado al paro por Delphi.

Y Alcor, un grupo vasco con tecnología y reconocida experiencia en el sector aeronáutico y con importantes programas de Airbus. Además, con empresas instaladas en Andalucía, concretamente en las provincias de Sevilla y Cádiz.

El proyecto presentado por Ficosa dejó encandilado a la Junta, aunque la oferta no suponía precisamente un proyecto de automoción sino la incorporación al sector aeronáutico a través de la entrada en Sacesa. La inversión, más de 200 millones de euros.

La posibilidad de que la oportunidad de negocio que supone el plan de subcontratación de Airbus para el A-350 se vaya a manos catalanas y vasca, hizo mella en la patronal andaluza. La CEA inició de inmediato una rueda de contactos para presentar un proyecto competitivo que deje a Sacesa en manos andaluzas, a la vez atizaba a la Junta con declaraciones por boca de su presidente, Santiago Herrero, desde China en misión comercial e institucional junto al presidente andaluz, Manuel Chaves, asegurando que entregar Sacesa a manos foráneas era una forma de "desanimar" al empresariado andaluz en lugar de potenciarlo.

Parece que el viaje dio mucho de sí. El presidente andaluz ha sido informado de que una consultora presentará tras el verano un proyecto irrechazable para que Sacesa amplíe su capital con dinero y tecnología andaluza. Un conglomerado de empresas del sector aportarían la experiencia y los desarrollos tecnológicos, mientras que un grupo de inversores aportaría el capital necesario para ampliar la capacidad de la firma instalada en el Polígono Aeropuerto de Sevilla.

Fuentes de la CEA aseguran que el fuego cruzado se ha parado y que antes de final de mes se podrá avanzar la génesis del proyecto andaluz. Al menos seis firmas han aparecido ya en distintos medios como interesadas en liderar el proyecto de entrada en Sacesa: Azvi, Sando, Consur, Elimco, el Grupo MP (Macpuarsa) -que ya en 2005 intentó acceder al capital de Sacesa- y TADA.

Desde la Junta se sostiene que el tiempo se agota y que puede que el proyecto andaluz llegue demasiado tarde, cuando Airbus tenga cerrada su lista de proveedores a primer nivel.

Desde el empresariado andaluz se afirma que hay tiempo. "Tenemos suficiente capacidad para crear esa plataforma industrial, y hay inversores fuertes, con exceso de financiación dispuestos a entrar en el proyecto".

El desenlace está en el aire, nunca mejor dicho para quienes van a intentar que Andalucía sea alguien en el mundo de la aeronáutica.