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Ojo con los biocarburantes

Más grave e incierta es la situación de las materias primas agrícolas, que han experimentado en los últimos meses subidas igual de fuertes que las de los metales impulsadas por el entorno general y también, en su caso, por un factor inédito: el despegue de su utilización para producir biocombustibles.

Un fenómeno que se ha plantado repentinamente en el escenario productivo. Las materias primas agrícolas han despegado bruscamente, en el momento en que los metales empezaban a moderarse. Situadas en el nivel 106,2 (en el índice que publica el Banco de España) en 2002 y en el 125,5 en 2004, alcanzaron el 159,9 en mayo de este año.

En un informe reciente, la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB) denunciaba crecimientos del precio del trigo blando entre el 32% y el 40% en el último año. El maíz subía un 32%, la cebada un 44% y la glucosa entre un 25% y un 30%.

En FIAB atribuyen parte de la responsabilidad de estos incrementos tan inusitados, según reconoce Horacio González Alemán, "al margen de la entrada de China en el mercado mundial, a que las autoridades europeas han decidido programar un uso extendido del bioetanol y el biodiésel sin haber previsto las necesidades de producción, lo que está generando fuertes tensiones". Alemán considera que la industria alimentaria, que consume el 70% de las materias primas agrícolas, debe ser tenida en consideración a la hora de tomar medidas como éstas, lo que debería haber llevado a Bruselas, dice "a programar su apuesta por los biocombustibles con medidas que no perjudiquen a nuestro sector".

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