La Haya juzga al jefe del Ejército bosnio musulmán por crímenes de guerra
Rasim Delic, antiguo jefe del Ejército bosnio musulmán, negó ayer ser culpable de crímenes de guerra por no haber impedido que los muyahidin bajo su mando asesinaran, torturaran y violaran a prisioneros bosniocroatas y serbios durante la guerra de Bosnia (1992-1995). Su alegato de inocencia, efectuado ante los jueces del Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia (TPIY), a punto estuvo de convertirse en una declaración aislada. Molestos por no disponer, en su opinión, de tiempo ni testigos suficientes para defenderle, sus propios abogados rehusaron al principio participar en el juicio.
Cuando por fin accedieron a plegarse a los recortes impuestos por el TPIY para poder cerrar todos los casos abiertos antes de 2010, la acusación detalló el asesinato de 24 prisioneros bosniocroatas a manos de las tropas de Delic ocurrido en junio de 1993. También describieron la decapitación de un soldado serbobosnio en 1995 y los atroces hechos que siguieron a su muerte. Según los fiscales, otros detenidos fueron obligados a besar la cabeza cortada y colgada de un garfio.
Rasim Delic, de 58 años, es el segundo oficial bosnio musulmán juzgado por el TPIY. En 2005, su predecesor al frente de las mismas tropas fue absuelto. En su descargo, Delic alega que había "diversos grados de mando en las tropas, y entre sus responsabilidades no estaba la de controlar a los luchadores musulmanes extranjeros". Asignados a la unidad del Ejército bosnio denominada El Muhajed, éstos pasaron de repartir ayuda y alimentos entre la población a combatir. Entre los reclutados había voluntarios árabes; algunos, veteranos de Afganistán.
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