La inexorable 'talibanización' de Pakistán
La crisis de la Mezquita Roja (Lal Masjid) es el último estallido de un proceso de radicalización religiosa que se agudizó en los años ochenta (en el contexto de la revolución iraní y de la invasión soviética de Afganistán) y que muestra, a decir de algunos analistas, lo lejos que ha llegado la talibanización de Pakistán y la guerra contra el presidente, Pervez Musharraf.
La mezquita, con sus madrazas (escuelas coránicas) y seminarios, ha estado cerca del poder desde tiempos del dictador Zia Ul Haq y ha sido un centro difusor del integrismo en este país mayoritariamente suní. Además, muchos de sus estudiantes proceden de la región fronteriza de Waziristán, refugio de los talibanes afganos.
La decisión de Musharraf, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, de romper con el apoyo a los fundamentalistas, colaborar con Estados Unidos y combatir el extremismo islámico le puso en el punto de mira de la pléyade de grupos suníes y chiíes que han ensangrentado Pakistán, con unos enfrentamientos sectarios que se han cobrado más de 4.000 víctimas desde 1980.
La Mezquita Roja se encuentra en el centro de ese tejido extremista que pretende imponer un Estado islámico. Desde los años noventa, el complejo ha estado dirigido por los hermanos Maulana Abdul Aziz y Abdul Rashid Ghazi, herederos del cargo que dejó su padre Maulana Abdula, famoso por sus llamamientos a la yihad (guerra santa) y asesinado por una facción rival.
Atentados fallidos
Según el Gobierno, los hermanos tienen estrechos vínculos con Al Qaeda, han apoyado los ataques contra Estados Unidos y han convertido al recinto religioso en foco de constantes llamamientos al asesinato de Musharraf. Una de estas proclamas, informa la BBC, fue lanzada por la organización fundamentalista Yaish e Mohammad, implicada en varios atentados fallidos contra el presidente.
En 2005, las fuerzas de seguridad intentaron infructuosamente registrar el centro, para investigar sus vínculos con Shehzad Tanweer, uno de los terroristas de los atentados de Londres el 7 de julio. Grupos de mujeres con bastones impidieron la entrada de la policía a la mezquita y al complejo del seminario. El siguiente choque llegó con la decisión de las autoridades de Islamabad de demoler algunas edificaciones ilegales del recinto. Esta vez las mujeres que impidieron la entrada de las fuerzas de seguridad iban armadas con Kaláshnikov.
La confusión rodea el actual levantamiento, que se considera como un nuevo desafío al Gobierno. No se sabe si los cabecillas pertenecen a Yaish e Mohammad o Harkatul Yihad e Islami, cercano a Al Qaeda. En cualquier caso, para las élites occidentalizadas paquistaníes, lo que sucede en el corazón de Islamabad muestra la debilidad de las autoridades.
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