La historia enfrenta a Holanda
Las escuelas cristianas quieren elaborar su propio catálogo de hechos y personajes de los Países Bajos. Renuncian al humanista Spinoza y ensalzan el Concilio Vaticano II
Un afán universalista unido a la evidente ausencia de ínfulas nacionalistas, han convertido el estudio de la historia de Holanda en las escuelas en un fenómeno secundario y sin libro específico.
Pero el cambio está en marcha. El Gobierno convertirá en obligaria la asignatura de historia de los Países Bajos, que girará sobre un catálogo con los 50 hechos y personajes esenciales que han configurado el Estado actual. Las escuelas cristianas ya han advertido de que prefieren elaborar su propia lista. Por eso el humanista Spinoza no tendría cabida, aunque sí el Concilio Vaticano II.
A la vista de que, coronada la educación obligatoria, ni siquiera la figura de Guillermo I de Orange, el "padre de la patria", resultaba familiar para los alumnos, el Gobierno ha elaborado un catálogo con los 50 hechos y personajes esenciales que han configurado el Estado actual. La euforia oficial al presentar nombres como Erasmo y Spizona junto a la lucha contra el agua, o bien la expansión colonial, contrasta con el rechazo de las escuelas cristianas que prefieren una lista propia que refleje su credo.
Un grupo de expertos independientes ha elaborado el contenido del 'Canon histórico'
"Buen trabajo. Responde a la necesidad de conocer nuestras raíces sin dogmas. Contribuye a reforzar nuestra imagen sin incurrir en patriotismos innecesarios", dijo encantado el ministro de Cultura, Ronald Plasterk, al recibir el informe independiente del grupo de expertos que ha preparado el Canon histórico holandés. En su forma más gráfica, consiste en un cartel con 50 imágenes que abarcan desde el megalítico hasta el euro con escalas cronológicas, entre otras, en los asentamientos romanos, la prédica del cristianismo por parte del monje inglés San Willibrord o bien Carlomagno.
A medida que avanza la historia nacional aparecen Carlos V, Erasmo y Guillermo I de Orange. Al rebelarse este último contra la Corona española estalló en 1568 la Guerra de los Ochenta Años cerrada con el reconocimiento de las Provincias Unidas (precursoras de los actuales Países Bajos).
El Canon presenta también al filósofo Spinoza, el pintor del Siglo de Oro Rembrandt y a Napoleón, además de Hugo de Groot (Grotius) fundador del Derecho Internacional. Más adelante destaca la médica Aletta Jacobs, pionera de la anticoncepción y lucha por la igualdad, y la joven judía Ana Frank. El recorrido culmina, sin citar todas sus escalas, con el pintor Vincent van Gogh, la autora infantil Annie M. G. Schmidt y el yacimiento de gas natural, uno de los mayores del mundo, descubierto en 1959 en Groningen (noreste del país).
Para el grupo de historiadores cristianos que propusieron una versión alternativa del Canon, un trabajo así "debe enfocar la fe como una fuerza formadora de nuestra sociedad y no sólo como una fuente de conflictos", en palabras de Ton van der Schans.
Por eso el humanista Spinoza no tendría cabida en este otro catálogo cristiano que sí cita el Concilio Vaticano II y la lucha por la libertad de educación. Ésta culminó en 1848 con la apertura de escuelas católicas y protestantes. A partir de 1920 dichos centros recibirían subsidios estatales.
Al Ministerio de Educación holandés le parece superfluo darle un toque cristiano al Canon, común para todas las escuelas a partir del próximo curso o a lo sumo en el periodo 2008-2009. "Otra cosa es que los docentes amplíen las 50 ventanas con más hechos y figuras. Aunque la libertad de educación es un hecho, no faculta para cambiarlo", aseguran portavoces ministeriales. Precisamente la perplejidad que produjo en medios oficiales descubrir que a los 18 años los estudiantes tenían problemas para ubicar la figura de Guillermo de Orange precipitó la búsqueda de una fórmula efectiva para enseñar la historia propia.
También ha pesado la evidencia de que el carácter multicultural de la sociedad actual diluiría aún más el interés por el pasado nacional de no actuar pronto. Sin olvidar que hasta a los inmigrantes se les exige hoy un conocimiento adecuado de Holanda y de sus costumbres para obtener un permiso de residencia.
"Reconforta saber que nuestro trabajo no acabará metido en un cajón. Ahora llega el turno de los inspectores educativos para ver cómo se incardina en la docencia", ha señalado Frits van Oostrom, presidente de la comisión. Su curiosidad no es anecdótica, pues si bien el Canon será obligatorio en primaria y secundaria, no habrá exámenes ni tampoco notas para refrendar su aprendizaje.
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