Un estudio desmiente que la universidad se haya convertido en una fábrica de parados

La tasa de empleo de los titulados de la UPV en 2003 se sitúa en el 86,8% y es la más alta desde la promoción de 1998. Crece 1,4 puntos respecto a 2002 y está 2,8 puntos por encima de la del grupo de personas de 25 a 34 años de Euskadi, según recoge un estudio realizado el pasado año por la Sociedad Pública Egailan, dependiente del Departamento de Justicia, Empleo y Seguridad Social. "Se desmorona el mito de que la universidad es una fábrica de parados", subrayó ayer el rector de la UPV, Juan Ignacio Pérez, a la vista de los resultados de la encuesta.

Con el fin de conocer los niveles de inserción laboral de las personas que estudian en la UPV, el Observatorio del Mercado de Trabajo de la Sociedad Pública Egailan viene encuestando a los titulados desde 1998. Y lo hace una vez que ya ha pasado un tiempo desde que terminaron sus estudios. En esta ocasión ha dirigido sus preguntas a 8.271 jóvenes de la promoción de 2003, de los que han contestado el 81,5%.

Los resultados de esta sexta encuesta llevan a sus impulsores a respaldar la idea de que los estudios universitarios mejoran la cualificación de la juventud vasca y garantizan una alta tasa de empleo, en contra de la tesis que defienden otras voces de que la universidad se ha convertido en una fábrica de parados.

El estudio sitúa la tasa de empleo de los jóvenes que se licenciaron hace tres años en el 86,8%, es decir, 1,4 puntos por encima del ejercicio anterior. Las carreras relacionadas con la salud (94%) y las técnicas (93%) se encuentran a la cabeza, mientras que las áreas vinculadas a humanidades están a la cola (76%). Y "reaparece cierta distancia" entre hombres y mujeres, cuyas tasas de empleo son del 88,2% y el 86%, respectivamente, según expuso ayer el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad Social, Joseba Azkarraga.

El tiempo medio entre el fin de los estudios y el primer empleo fue de 8,4 meses. Los contactos personales, familiares y sociales siguen siendo el principal canal de acceso al trabajo, seguido muy de cerca del envío del currículo a las empresas y las autopresentaciones. La propia universidad, Internet y la prensa se sitúan muy por detrás.

La tasa de paro entre los encuestados alcanza el 9,6%, lo que supone un descenso de 1,5 puntos respecto a la anterior promoción. También en este indicador salen peor paradas las mujeres, con una tasa del 10,3% frente a la del 8,4% de los hombres. "La diferencia es en gran medida el efecto agregado de la distinta elección formativa que realizan hombres y mujeres y su desigual reparto entre las titulaciones de mayor y menor inserción laboral", apuntó Azkarraga.

Diferencia entre sexos

El denominado "empleo encajado", es decir, aquel que se corresponde con los estudiados realizados, alcanza el 82,5% (1,7 puntos más que el año anterior). Pero aquí de nuevo se hacen visibles las distancias entre sexos. Un 80% de las mujeres encontraron un trabajo relacionado con su formación, siete puntos por debajo que sus compañeros.

El empleo estable en el momento de la encuesta alcanzaba al 50,9% de los preguntados. Si bien esta cifra es 3,3 puntos más alta que la del estudio anterior, todavía está cuatro puntos por debajo de la registrada hace cinco años. Los ingresos medios netos mensuales son de 1.273 euros, aunque una vez más hay que señalar las diferencias entre hombres (1.367 euros) y mujeres (1.212 euros).

Con estos resultados sobre la mesa, tanto Azkarraga como el rector de la UPV valoraron como "positiva" la evolución de la inserción laboral de las personas con estudios universitarios. Ahora bien, reconocieron que hay que mejorar algunos aspectos, como la presencia de la mujer en la actividad y la calidad de su empleo. También hicieron hincapié en la necesidad de incrementar el número de jóvenes que compaginan sus estudios con prácticas en empresas, pues es uno de los déficits que han apuntado los estudiantes.

El Consejo Social de la UPV tiene previsto además crear un observatorio para ayudar a los estudiantes a buscar su primer empleo. En este objetivo quiere implicar a los ex alumnos, en el sentido de que puedan formar una red social que eche una mano a los recién titulados, aunque todavía está por ver cómo se podría articular, según señaló el presidente del citado consejo, José Miguel Martínez Urquijo.