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Prohibido el marisqueo de coquinas en Doñana

La Junta prohibió ayer la captura y venta de coquinas (Donax trunculus) en las playas de Doñana, en concreto, en la costa de producción 11, en el litoral de Huelva. La medida se tomó al detectarse la presencia de la toxina D. S. P. en estos bivalvos. La Delegaciónde Agricultura y Pesca de Huelva decidió el cese del marisqueo para prevenir los trastornos gastrointestinales que la D. S. P. puede ocasionar en las personas que ingieran coquinas infectadas.

"La D.S.P. es una sustancia que los bivalvos generan de forma natural cuando consumen un determinado tipo de microalgas, y que queda alojada en su cuerpo. Al tratarse de un fenómeno natural, sólo un descenso en la concentración de las citadas algas puede devolver la normalidad a la zona afectada", según informó la Junta en una nota de prensa. Esta toxina suele darse más en los meses de calor y su presencia no es algo extraordinario. De hecho, Doñana no es la única área de Huelva en donde actualmente se ha detectado D. S. P. Entre las desembocaduras del Guadiana y Carreras, así como entre la desembocadura del Piedras y la playa de la Bota, también han aparecido ejemplares de coquinas con esta sustancia, lo que ha llevado a que se prohíba su captura.

La toxina afecta también a otros tipos de bivalvos, cuya captura también está prohibido: las chirlas (Chamelea gallina), entre la Torre del Loro y el final de la playa de Matalascañas; y a todos los moluscos entre el Picacho y la Torre del Loro y en la zona exterior del dique Juan Carlos I, desde el cruce de La Bota a la punta del Picacho, excluida la ría de Huelva. Por último, la prohibición de marisqueo afecta también a los berberechos (Cerastoderma edule) del Guadiana, pero en este caso, debido a la presencia de salmonela en su organismo.

La prohibición se produce tras los últimos análisis realizados por el Laboratorio de Control de Calidad de los Recursos Pesqueros, en Cartaya (Huelva), dependiente de la Junta. Las inspecciones permanentes permitirán reabrir las zonas en cuanto se comprueba que los animales están en perfectas condiciones.

La Junta recordó ayer que "está prohibido el marisqueo sin la preceptiva licencia, con objeto de promover la conservación de los recursos marinos y salvaguardar los intereses de los pescadores. La normativa recoge sanciones cuya cuantía oscila entre los 301 y los 600.000 euros para las personas que capturen bivalvos sin autorización".

La captura furtiva no es extraña en la zona. Se trata de una actividad que no siempre se realiza con fines económicos, sino que los propios bañistas o visitantes estivales de las playas capturan ejemplares para el consumo propio. Este año, las cofradías de mariscadores han vuelto dar la voz de alarma por la frecuencia de este tipo de capturas.

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