Marea de libertad en Madrid
Decenas de miles de personas celebran en las calles de la capital de España la marcha del Orgullo Gay en un clima de reivindicación de los derechos de los homosexuales y de satisfacción por los avances conseguidos
A España le ha pasado lo que a un bote de ketchup. "Aprietas y no sale nada. Lo intentas varias veces, y al final la salsa sale toda a la vez". Con esta metáfora describe las conquistas de los homosexuales españoles el abogado sueco Hans Ytterberg, que dirige en Estocolmo la única institución pública del mundo dedicada exclusivamente a la lucha contra la discriminación sexual.
"¡Viva Tinki Winki!", coreaban en protesta contra la investigación de la serie Teletubbies en Polonia
Ytterberg vivió en Córdoba hace más de 25 años. De aquella época recuerda un país que acababa de salir de la transición y todavía ensayaba la democracia. Hoy ve un país europeo. El que ayer acogió los centenares de miles de personas que participaron, de la puerta de Alcalá hasta el final de la Gran Vía madrileña, en la manifestación del primer Europride que se celebra en España. Dos años después de la aprobación de la ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo y meses después de la derogación de la ley de identidad de género, centenares de parejas homosexuales, grupos de amigos, familias, niños, heterosexuales y hasta unas cuadrillas de militares apoyaron, a partir de las seis de la tarde, el paso de las 45 carrozas (más del doble que el año pasado) que desfilaron bajo el lema Ahora Europa. La unidad es posible.
Y es que decenas de miles de extranjeros, según la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB), han llegado a Madrid a lo largo de la semana para disfrutar de fiestas, encuentros y conciertos organizados en el barrio de Chueca. Muchos ya conocían la ciudad, considerada como una de las capitales europeas con más ofertas de ocio para homosexuales. Otros muchos aterrizaron por primera vez en el aeropuerto de Barajas aprovechando la ocasión.
Es el caso de la pareja finlandesa formada por Joe y Mat, que ayer lucían una larga peluca, cinturón con los colores del arco iris y una sonrisa que parecía interminable. "Hoy es nuestro día", aseguraban acompañados de las letras YMCA, el himno de Village People compuesto hace 30 años y convertido en una especie de himno homosexual. "La canción normalmente no nos gusta, pero hoy sí", apuntaron. A escasos metros, en la cabecera de la manifestación estaban presentes la ministra de Cultura, Carmen Calvo, los secretarios generales de UGT y CC OO, Cándido Méndez y José María Fidalgo, el coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, el concejal madrileño Pedro Zerolo, la portavoz de IU en la Asamblea de Madrid, Inés Sabanés y el presidente de FELGTB, Antonio Poveda, "Madrid se ha convertido en una capital de la libertad de los seres humanos y de la libertad sexual", apuntó Carmen Calvo minutos antes de que una traca de petardos diese inicio a la manifestación.
De opinión parecida se mostraron tres turistas estadounidenses, sorprendidos por la manifestación mientras recorrían el eje de los museos entre el Prado y el paseo de Recoletos. "Tenía otra imagen de España, más conservadora, pero me encanta ver que la ciudad está tan adelantada", comentaba Hellen, de 20 años, llegada desde Palm Springs (California) junto a sus amigos Liz y Carlos, de 25 y 27 años.
También hubo muchos heterosexuales que participaron en el desfile para dar su apoyo al Orgullo. Como Raquel, de Vitoria, que quedó en Madrid con algunos amigos a los que no veía hace tiempo. Ayer llegaron a Madrid más de 250 autobuses procedentes de capitales de provincia y pueblos de España, lo que permitió, por ejemplo, que Vitoria pudiese manifestarse junto a unos compañeros de Motril. "Estamos aquí para solidarizarnos, porque se lo merecen y nos lo merecemos", apuntaban.
Entre las carrozas, que ofrecían música en directo y actuaciones, se contaba la de Fangoria. Alaska y Nacho Canut ofrecieron un concierto a lo largo de todo el trayecto. Desde otra carroza se repartieron miles de preservativos, mientras algunos manifestantes coreaban "¡Viva Tinki Winki!", en referencia a la investigación de un personaje de la serie televisiva infantil Teletubbies que hace unas semanas puso en marcha Polonia para establecer si promueve un estilo de vida homosexual.
Frente a esta medida (que al final se retiró) y a la homofobia demostrada por el Gobierno de los gemelos Kaczynski, una delegación de gays, lesbianas, transexuales y bisexuales polacos, latinoamericanos y españoles denunció ayer por la mañana ante la Embajada de Polonia la "homofobia institucional" de ese país y reivindicó la "Europa que se está viviendo en España y en Madrid, de los matrimonios entre personas del mismo sexo y de la nueva ley de identidad de género", apostilló Antonio Poveda, de FELGTB.
"He venido desde México, porque hoy es de verdad un día importante, fundamental", comentaba Antonio Medina sujetando una pancarta. Ayer fue el día de millones de personas en toda Europa y de centenares de miles en Madrid. El día de la diversión, de la desinhibición acompañada de la reivindicación de los derechos que aún quedan por conquistar.
"¿Eres uno de esos periodistas intelectuales?"
"¿Eres uno de esos periodistas intelectuales?", preguntan Linda y Louise, londinenses de 28 y 23 años, sentadas en una terraza de la plaza de Chueca junto a seis compañeras británicas. "Porque, si lo eres, no te vamos a contestar... ¡Estamos aquí para divertirnos!", advierte Louise. ¿Vuestro primer encuentro con Madrid..? "Ha sido hoy y de momento es toda una fiesta. Hemos venido el fin de semana, exclusivamente para el Orgullo". ¿Les gusta el ambiente? "Parece un lugar muy relajado. Estamos sentadas aquí y nadie nos molesta, ni hace comentarios raros... La gente nos sonríe, habla mucho y es muy amable y educada". Nuestro lema: "Vivir la homosexualidad con tranquilidad".
"España sí que avanza en cuanto a los derechos"
Steve Chapman, de 37 años, británico, recién aterrizado en Madrid en un día de sol y fiesta. No tiene dudas. "Me gustaría vivir aquí. España sí está creciendo de verdad en cuanto a derechos. Ha cambiado radicalmente en los últimos años. Reino Unido, por poner un ejemplo europeo, me parece ahora mismo un país más parado. Por eso me encanta Madrid... He trabajado en Escocia y esto me parece un mundo más activo, más avanzado, con más preocupación por la igualdad social", comenta este médico mientras invita a participar en una lotería a favor de la ONG sudafricana Thusananga, que trata de ayudar a los enfermos de SIDA en África.
"Me parece que aquí es demasiado fácil ligar"
¿Así que Amsterdam-Madrid? "Cuatro veces al año. Luego, hay ocasiones como ésta en las que me parece obligatorio volver. Así que van cinco veces", comenta Joseph Brantjes, holandés de 42 años. Es casi madrileño... "Quiero una medalla del alcalde; creo que a estas alturas me la he ganado. Además, Madrid es sin lugar a dudas mi capital favorita". ¿Qué le pasa a Holanda? Es muy liberal. "Sí, aunque, por ejemplo, el Gay Pride no funciona tan bien como aquí. Esta ciudad, en cambio, parece haber canalizado bien el poder y las oportunidades económicas que vienen de estos actos". Y aclara que le gusta España, "aunque en realidad me parece que aquí es demasiado fácil ligar".
"Mis alumnos regresan muy sorprendidos"
Juan Muñoz, de 34 años, vive en Leeds. Nació en Campo de Criptana (Ciudad Real) y lleva ocho años impartiendo allí clases de español en la Universidad y en el Instituto Cervantes de esa ciudad británica. ¿Qué les enseña a sus alumnos? "Aprenden castellano con la ayuda de un juego. Me he inventado 14 personajes típicos y les hago interpretar su papel en una sociedad ficticia. Está el obispo, la mujer tradicional y conservadora, el periodista de derechas... Para que vayan entendiendo lo que realmente ocurre aquí. Para romper tópicos sobre España... El tercer año de estudios lo tienen que pasar aquí. La mayoría suele elegir Madrid o Alcalá. ¿El resultado? Vuelven muy sorprendidos".
"Entre vuelo y hotel, unos 200 euros"
"Soy un tipo independiente. Es una de las razones por la que me gusta tanto Madrid. Puedes venir aquí con o sin amigo, no importa tanto, porque en Chueca se tiene de verdad la oportunidad de conocer a gente". En su ciudad... "Soy de Cardiff, donde trabajo como desarrollador de productos informáticos. No está mal, pero cada vez que tengo unos días libres vengo a Madrid. Aquí ya conozco a gente". De España le atrae... "La gente, que suele ser muy dulce, encantadora". ¿Cuánto se ha gastado para pasar este fin de semana? "Entre vuelo y hotel, unos 200 euros. Las copas y la diversión van aparte. Así que depende de cómo se lo tome cada uno. El Europride te puede salir barato".
"Legislar es más fácil, lo difícil viene después"
Hans Ytterberg tiene 51 años y trabaja como defensor del Pueblo sueco contra la discriminación por razones de orientación sexual. Hace 30 años, Suecia era un modelo en derechos humanos y liberación sexual... "Allí hemos ido avanzando poco a poco. La primera federación estatal en defensa de gays y lesbianas nació en 1950. Aquí en España ha pasado todo muy rápido y la aprobación de la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo ha sido una gran sorpresa. ¿Qué queda por hacer? ¡Todavía muchísimo! Hay que actuar en las escuelas, donde muchos alumnos son víctimas de la homofobia. Y cambiar la mentalidad de parte de la sociedad. Legislar es más fácil; lo complicado viene después".
"Madrid es mejor para la fiesta; París para el trabajo"
Rodrigo Dylan es parisino. Tiene 30 años. Dice que está mejor en Madrid que en la capital francesa. Lo dice con certeza. "Parece un tópico, pero es cierto. Todos lo saben, al menos en Francia. Es un comentario general en país. Madrid es una de las mejores ciudades del mundo para salir de fiesta. Por eso he venido aquí de vacaciones con mi compañero. Y, en el fondo, me gustaría vivir aquí. Sé que estaría muy a mi gusto". Entonces, ¿por qué no se viene? "Creo que París es mejor sitio para trabajar. Es una lástima, pero allí hay mejores condiciones. Y allí me tiene, en un banco", agrega mientras parece a punto de lanzar un suspiro.
"En Polonia, nuestra situación es terrible"
Tomasz Szypula es polaco y tiene 27 años. Trabaja como secretario de la Campaña contra la Homofobia. Hablemos de su país... "En Polonia la situación es terrible para los homosexuales. La atmósfera es delicada. No es fácil hablar en público de nuestros problemas. Son considerados como tabúes, mientras es bienvenida la propaganda de la familia y heterosexual. Sufrimos acoso. Pero espero que el actual Gobierno sea sólo un accidente". ¿Cuál es entonces su situación? "Yo en realidad soy un privilegiado. Mi situación es buena, he viajado a España y he venido al Orgullo. Pero no es así para la mayoría. Muchos no tienen la oportunidad de salir".
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