_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La batalla de la moral

¿Cómo se puede defender a la vez una moral y la contraria y no estar loco? El episodio de la embestida que el arzobispo de Valencia, a través del semanario Paraula, ha propinado al consejero de Sanidad, Rafael Blasco, porque permite "matar" embriones humanos al apoyar la investigación biomédica del Centro Príncipe Felipe, tiene sin duda una lectura coyuntural, según la cual el sector "cristiano" del PP valenciano, cada vez más poderoso, lanza una carga de profundidad contra un detestado correligionario político en vísperas de la constitución de un nuevo Consell. Pero tiene otra lectura mucho más relevante en lo que atañe al debate público general. Dicho de otro modo, uno puede preguntarse con cierto regocijo si el intrigante Blasco (a quien la revista arzobispal recuerda con muy mala leche que fue conseller del PSOE) está en la cuerda floja, pero también alarmarse al constatar en qué manos estamos.

Al fin y al cabo, Blasco, que es consejero de un gobierno presidido por Francisco Camps, a quien el arzobispado se cuida mucho de aludir en modo alguno, ha permitido que se investigue en Valencia en biomedicina, pero también ha otorgado generosas subvenciones a esa cueva del integrismo reaccionario que es el "observatorio" de bioética de la Universidad Católica, un centro que, gracias al PP, contará además con toda una facultad de Medicina destinada a convertirse en altavoz de la caverna moral española en materia científica.

Me jugaría una cena a que Camps no toca el asunto en la sesión de investidura que se celebrará hoy en las Cortes. Quiero decir que no dedicará un pasaje de su discurso a defender en foro parlamentario lo que de verdad promueve con su política, rodeado como está de numerarios, supernumerarios y legionarios de Cristo. Dudo mucho también que Joan Ignasi Pla (¿qué hace el portavoz todavía en este debate después del vapuleo en las elecciones?) tenga la mentalización necesaria para dar la batalla de la moral en el terreno en el que hay que hacerlo, el de las contradicciones demagógicas en un feudo de la derecha española. Los socialistas valencianos no se han dado cuenta de que la lucha de las elecciones generales del año que viene (como la de las autonómicas pasadas) tiene que ver con inversiones y con infraestructuras, pero también con valores. Para el sector más influyente del PP, en realidad Zapatero no es aborrecible porque supuestamente margina a los valencianos sino porque representa una sociedad laica, abierta y pluralista. La jerarquía católica y sus acólitos en la política hace tiempo que lo saben.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_