"Ningún contenido entra en conflicto con la moral católica"
Teóloga de formación, ha sido profesora de Ciudadanía en el Reino Unido y acaba de publicar un libro de texto de Educación para la Ciudadanía (Santillana). Carmen Pellicer, valenciana de 43 años, ha participado en el debate entre el Ministerio y multitud de asociaciones en la redacción de sus contenidos, y asegura que se han tenido muy en cuenta los textos que se estudian en otros países europeos (en otros 15 también hay una materia concreta de Ciudadanía).
Pregunta. ¿Qué contenidos pueden entrar en conflicto con la moral católica?
Respuesta. Creo que ninguno entra en conflicto por sí mismo con la moral católica. Es más, la mayoría de ellos ya formaban parte de los currículos de la Enseñanza Religiosa o la Ética. Su planteamiento abierto y respetuoso permite una fundamentación y adaptación acorde a las creencias de las familias y los idearios diversos en un sistema educativo democrático.
P. ¿Tiene derecho el Estado a educar en valores?
R. Ningún poder político ni Estado concede ni los derechos ni los valores. Éstos son inherentes a la condición del ser humano. Los poderes públicos están llamados a reconocerlos, respetarlos y promoverlos. La familia es la primera responsable de educar a los hijos y la escuela contribuye ineludiblemente a la educación en valores y la formación de la personalidad de los alumnos, pero no son hoy en día los únicos agentes de socialización, ni siquiera los más eficaces.
P. ¿Qué enseña esta materia?
R. La asignatura tiene objetivos ambiciosos: profundizar en el conocimiento de los valores y derechos humanos, sus implicaciones en la organización de la vida social, y plantear las actitudes y comportamientos personales y colectivos coherentes. Pero es un pequeño paso, que por sí solo no va a resolver la necesidad acuciante de una profunda transformación del sistema educativo, que la ley no aborda en profundidad.
P. ¿A qué cree que se debe el rechazo visceral por parte de la Iglesia católica?
R. Creo que algunos sectores de la Iglesia están muy preocupados por la posible ideologización que puede hacerse de algunos contenidos. Es un peligro real que se refleja en declaraciones radicales de todo signo que aparecen en los distintos medios de comunicación. Hay una fuerte politización del discurso pedagógico que no beneficia nada a la escuela, y que ha generado una gran desconfianza.
P. ¿Qué le diría a los padres que se plantean boicotear la materia?
R. Yo también soy madre y no hay nada en el libro que no enseñaría a cada uno de mis hijos. Antes de la objeción de conciencia, hay muchas otras formas de ser protagonistas en la educación moral de nuestros hijos. Educación para la Ciudadanía es una buena oportunidad para estimular la no siempre fácil comunicación con los adolescentes sobre temas fundamentales que afectan a su cultura y modo de entender la vida. Les invitaría a colaborar activamente con la escuela.
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