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CINE DE ORO

De videojuegos y vacas voladoras

EL PAÍS entrega mañana 'eXistenZ', de David Cronenberg, y el domingo, 'Twister'

Gregorio Belinchón

Realidad virtual. Uno de los cineastas que más ha reflexionado sobre la huida del ser humano de la realidad diaria es David Cro-nenberg. Desde Videodrome a Una historia de violencia pasando por Inseparables, El almuerzo desnudo, M. Butterfly, Crash o esta eXistenZ, el director canadiense ha sumergido a sus protagonistas en la búsqueda de un mundo ideal que les hiciera olvidar su siniestro pasado o su gris presente. A veces la solución estaba dentro del mundo real, creándose una segunda identidad o trasladándose a un entorno distinto al suyo. A veces, como en eXistenZ, viviendo en una realidad virtual. A través de muy distintos guiones, Cronenberg ha sabido reflejar sus obsesiones sobre las mutilaciones, los materiales médicos, las dobles identidades y la dicotomía cerebro-cuerpo, dándole unidad a toda su carrera. Así que eXistenZ insiste en esta temática en un futuro no muy lejano, en el que vive Allegra Gekler -encarnada por Jennifer Jason Leigh-, una diseñadora de videojuegos como eXistenZ, el más popular, seguido y venerado. Para jugar con él los usuarios se conectan a través de su espina dorsal mediante un cordón y necesitan cierta manipulación genética. Una vez iniciada la partida, los jugadores no distinguen realidad y fantasía. A Gekler le ataca un asesino fanático y uno de los chicos de marketing (Jude Law) se convierte en su guardaespaldas. Las acciones de ambos comienzan a desarrollarse en esa neblina en la que se funde lo tangible y lo virtual. A pesar de que el filme se estrenó en 1999, eXistenZ no ha perdido actualidad: el talento de Cronenberg supera la, a veces muy fugaz, temporalidad de sus propuestas.

Y el domingo, vacas, furgonetas y establos vuelan por culpa de los tornados, el fenómeno atmosférico que investiga en Twister un ex matrimonio formado por Helen Hunt y Bill Paxton, reunidos de nuevo tras un huracán. Jan de Bont, el director de fotografía habitual de Paul Verhoeven, y que había debutado como responsable principal con Speed, se pone detrás de las cámaras en un ejercicio de entretenimiento puro y duro.

Por cierto, en este filme, el primero que apareció en DVD, el sonido del tornado se realizó lentificando el mugido de un camello: hay cosas que la tecnología no puede sustituir.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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