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Reportaje:

Solidaridad a escena

Un montaje teatral pretende recaudar fondos para apoyar la lucha contra el sida en África

¿Puede el teatro colaborar con una causa solidaria como lo han hecho la música o el cine? Así lo creen al menos los 12 actores vascos y madrileños que esta noche (21.00) estrenan en el Círculo de Bellas Artes de Madrid (Alcalá, 42; www.circulobellasartes.com) una versión actualizada de La ronda, una obra escrita a finales del siglo XIX por el austriaco Arthur Schnitzler. El montaje, que cuenta con la colaboración de la ONG Médicos sin Fronteras, tiene como objetivo recaudar fondos para combatir el sida en África y concienciar a la sociedad sobre esa enfermedad. El fin es similar al de Invisibles, el documental en el que Javier Bardem reunió, con la colaboración de esa misma organización humanitaria, la visión de cinco cineastas sobre la situación de ese continente.

La idea de este teatro solidario nació a finales del verano de 2006, durante un curso de formación en el que estaban participando los miembros del elenco. Uno de ellos propuso hacer "algo parecido a lo de Bardem", según resume la vizcaína Yolanda Prieto, una de las primeras en apuntarse al proyecto. "Al principio pensamos en montajes de pequeño formato, cada uno en su país, porque también había alumnos franceses, italianos, ingleses y americanos", recuerda Prieto, quien se estrena en un montaje profesional.

Contra la hipocresía

El cartel lo completan Carla Calparsoro, Carlos Ceña, Dritan Biba, Enrique Zaldua, Josean Bengoetxea, Mikel Martín, Rosa Miranda, Sauce Ena, Tania de la Cruz, Txema Pérez y Xavi Montesinos, intérpretes con experiencia en el cine y en series televisivas además del teatro. Bengoetxea defiende el poder de este género para remover las conciencias de la sociedad. "Es el vehículo más directo y catártico para mostrar unos sentimientos, para establecer un diálogo con el espectador", enfatiza.

La obra es un alegato contra la hipocresía social. Diez personajes se enredan en un argumento que gira en torno al instinto sexual, con el trasfondo del riesgo de contagio por la sífilis. "Tiene unos elementos muy válidos hoy en día", asegura el director del montaje, el colombiano Raúl Wiesner (Barranquilla, 1957). "Muestra la relación directa afectiva hombre-mujer, con la utilización del erotismo para sacar provecho en beneficio propio", argumenta.

El montaje añade al texto original varios elementos escénicos que contextualizan su contenido. Para ello, cada actor ha convivido con africanos afectados por el sida para acercarse a su realidad. Esas vivencias, transformadas en canciones que suenan durante la representación, acercan al espectador el fin último de la obra. Con esos argumentos, La ronda inicia hoy una gira que la llevará durante los próximos meses a diferentes ciudades españolas, portando un mensaje que resume Bengoetxea: "Que hay un mundo aplastado por éste que está arriba y que quiere salir a flote".

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