La transición, de aniversario y a examen

Los pronósticos se cumplieron: cuando se celebra el aniversario de algo, toca en el examen de selectividad. Este año se cumple el 30 aniversario de la transición. Y ayer los estudiantes recién salidos del bachillerato tuvieron que desarrollar una pregunta sobre este proceso, sobre la Constitución de 1978 y sobre el Estado de las Autonomías.

Nueve y media de la mañana. Una estudiante entra en la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense. Primera prueba: Lengua Castellana y Literatura. Detrás de ella, con el carné de identidad en la mano y unas etiquetas con código de barras, los demás. Todos con caras de circunstancias.

Una profesora les recibe: "Vamos, vamos. Rápido. Ocupen los puestos situándose en espacios alternos. Móviles apagados, mochilas y enseres al lado de la ventana. Por favor". Dudas de última hora asaltan a los chicos. "Y estas etiquetas que nos han dado, ¿para qué son?", pregunta uno de los alumnos a otro. "Para pegar en los exámenes", le contesta el que le precede en la cola. "¿Y eso cómo se hace?", se pregunta antes de sentarse. Es el sistema que existe para garantizar el anonimato en la prueba. El profesor que corrige el ejercicio tiene delante un código de barras, que sólo se traducirá en el nombre del alumno cuando se pase por encima un lector óptico.

Acabadas las reglas, la profesora relaja el tono: "Gracias por estar aquí. Os doy la bienvenida a todos. Confianza, que seguro que todo va a salir muy bien".

Situaciones similares se repetirán en diferentes aulas de las universidades públicas hasta el próximo jueves. Ayer le tocó el turno a las materias comunes: Lengua y Literatura Española; Historia; Lengua Extranjera y Filosofía. En Lengua, había dos opciones para comentar: un extracto de El sí de las niñas, de Leandro Fernández de Moratín y un texto de opinión sobre el turismo del filólogo Juan Ramón Lodares y publicado en EL PAÍS el 19 de julio de 2004.

En la Universidad Autónoma se examinaron 6.641 alumnos. Entre examen y examen, los chicos repasaban los apuntes tirados en el césped. Una marca de chicles aprovechaba la concentración de jóvenes para hacer publicidad. Entre los corrillos, llamadas con el teléfono móvil: "Tranquila mamá, estás tú más nerviosa que yo..." y repaso del examen recién hecho de Lengua -"¿era atributo o predicado?"- y del que estaba por venir, el de Filosofía -"A ver, empezamos: Platón, presocráticos, Sócrates..."-. En el descanso, unos chicos hacen una broma con un megáfono: "¡Volved a clase, por favor!".

"Hemos venido en Renfe y había muchísima gente. Yo me he tenido que colar y me han pillado", contó Elisa García, la chica que llamaba por teléfono a su madre. Como amuleto, al cuello, el cordón de su novio. Carlos Madrigal, con el reloj de su padre para que le dé suerte, quiere hacer Odontología: "En la privada, para la pública no me da".

En la Universidad Complutense se examinan 8.482 estudiantes. De ellos, el 54,7% son mujeres. Los discapacitados también han aumentado. "Este año se presentan 49 estudiantes con discapacidad. El año pasado fueron 34. Son todavía cifras menores, pero sí que vamos notando ese incremento todavía muy paulatino", comentó la vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Complutense, Margarita Barañano.

En la Universidad del Rey Juan Carlos, con 2.000 estudiantes examinándose en los campus de Móstoles y Alcorcón, "no hubo incidencias", según el vicerrector de Alumnos, José Manuel Vera. "Ha habido un accidente de tráfico en la carretera de Extremadura y ha provocado retenciones. Pero habíamos convocado con tanta antelación que nadie ha llegado tarde".

El 25 de junio se publicarán los resultados. Estarán disponibles a primera hora en Internet y en los vicerrectorados. A partir del mediodía centro entregará a sus alumnos las tarjetas en las que constan sus resultados.