"Polonia está lista para un compromiso sobre la Constitución, no una capitulación"
Varsovia
El primer ministro de Polonia, Jaroslaw Kaczynski, de 58 años, contrario a cualquier tratado que no reconozca las ventajas obtenidas por su país en el de Niza, se dispone a recibir a Nicolas Sarkozy, que viaja a Varsovia a defender su proyecto de tratado simplificado con el sistema de votación de doble mayoría que figura en el texto actual de la Constitución Europea.
Pregunta. ¿Le convencerá?
Respuesta. Estoy impaciente por conocer lo que Sarkozy nos va a presentar. He oído de todo sobre este asunto, pero hay una auténtica carencia de información.
P. Sucede también con ustedes, es difícil saber a qué juegan.
R. Déjeme que lo explique de otra manera. Todo empezó con la Convención Europea, que se desarrolló de manera peculiar, ya que todo fue decidido por un puñado de presidentes. A continuación, la Conferencia Intergubernamental se desarrolló, pese a los anuncios que se habían hecho, sin la participación de los futuros Estados miembros. Se quería ir deprisa. En consecuencia, los principios inscritos en la declaración de Laeken , como la subsidiariedad, el fortalecimiento de la posición de los Estados nación, la democracia o los referendos, desaparecieron. Tememos que se repita. Todo el mundo tiene de nuevo prisa. Resumo la situación: firmemos rápidamente, el champán está listo. Hace falta un poco de sosiego.
"El mecanismo de toma de decisión del tratado constitucional europeo conlleva riesgos"
P. ¿Hace un llamamiento para ralentizar la reactivación institucional, cuando Berlín y París quieren justamente acelerarla?
R. Así es. Nos gustaría disponer de más tiempo para que la próxima Conferencia Intergubernamental pueda examinar y debatir algunos temas cruciales como el sistema de toma de decisión. Nos gustaría poder levantarnos de la mesa de negociaciones con la sensación de que la Unión resulta fortalecida. El mecanismo de toma de decisión previsto en el tratado constitucional implica riesgos desde el punto de vista de Polonia, el único país que se atreve a decir abiertamente lo que piensa.
P. ¿Qué teme exactamente?
R. Que algunos países o grupo de países estén en minoría de manera duradera.
P. Durante la cumbre del G-8, Sarkozy invitó a Polonia a aprender la cultura del compromiso.
R. Polonia está dispuesta al compromiso. Tengo in mente, por ejemplo, el sistema de voto. El que proponemos ya es un compromiso porque es menos bueno, para nosotros, que el que funciona actualmente. Aceptar el modelo de votación previsto por el actual tratado constitucional, y ser relegado a la peor situación de toda la UE, sería una capitulación. Una capitulación nunca es un compromiso.
P. ¿Comparte usted el miedo, palpable en algunos políticos y comentaristas polacos, de ver emerger una Europa alemana?
R. No, no temo una Europa alemana. Temo una Europa que engendre conflictos entre aquellos que se encontrarán en minoría.
P. ¿Puede superarse el contencioso histórico que enfrenta a Polonia con Alemania?
R. No hablo de resentimiento, sino de actualidad. Berlín rechaza reconocer que las reivindicaciones de expulsados alemanes sobre la propiedad de bienes inmuebles en más de un tercio del territorio de Polonia son ilegales.
P. ¿Cuál es el balance económico de su adhesión a la UE?
R. Excelente. Nuestras exportaciones casi se han duplicado desde 2004 y el crecimiento es alto (7,4% en el primer trimestre de 2007). La salud social del país ha mejorado, especialmente en el campo.
P. De aquí a 2013, Polonia recibirá 67.000 millones de euros de ayudas europeas. ¿No debería ese maná incitarle a bajar la guardia?
R. Esas ayudas fueron votadas con el sistema de decisión del tratado de Niza que nos otorgaba casi tanta influencia como a Francia o Alemania. El sistema de voto que nos proponen ahora reduciría fuertemente nuestro peso.
© Le Monde / EL PAÍS.
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