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Reportaje:

Esclavos del siglo XXI en China

La policía rescata en una fábrica de ladrillos a 31 obreros que trabajaban 20 horas diarias a cambio de pan y agua

La policía de la provincia china de Shanxi, en el norte del país, rescató a 31 trabajadores que vivieron durante un año en situación de esclavitud en una fábrica de ladrillos, propiedad del hijo de un algo cargo local del Partido Comunista.

Según informaba ayer el periódico Beijing News, ocho de los trabajadores estaban tan traumatizados por la experiencia que ni siquiera eran capaces de recordar sus nombres. Los rescatados presentaban heridas, moratones y quemaduras en el cuerpo, y eran forzados a trabajar 20 horas cada día (desde las cinco de la madrugada hasta la una de la madrugada del día siguiente) a cambio de pan y agua.

Un olor pestilente sacudió a la policía cuando irrumpió en el local. "Estaban tan sucios que la mugre podía rasparse con un cuchillo", relataba el diario. "Habían llevado la misma ropa durante un año". Los trabajadores señalaron que, antes de la operación de rescate, un compañero había sido asesinado a martillazos por no trabajar "lo suficiente".

La empresa ilegal pertenecía al hijo del secretario local del Partido Comunista

La fábrica, situada en la localidad de Linfen, estaba vigilada por perros y matones, no contaba con licencia pero seguía abierta por las conexiones de su dueño, Wang Binbin, hijo del secretario local del Partido Comunista. La policía ha detenido a Binbin y ha abierto una investigación a su padre,Wang Dongji. Además han sido capturados el capataz de la fábrica y uno de los vigilantes, pero otras cuatro personas han huido. "Si Wang no hubiera tenido relación con el partido, esto se hubiera destapado mucho antes", comentaban los vecinos a los periodistas locales.

Los trabajadores continuaban ayer viviendo en la fábrica, mientras el gobierno local intenta tramitar sus salarios. "Los ocho trabajadores que sufren trastornos psicológicos no pueden decir dónde están sus casas, por lo que las autoridades tratan de averiguarlo", explicaba el Beijing News.

La prensa china ya informó de un incidente similar el año pasado en Shanxi, aunque en aquella ocasión los trabajadores permanecieron retenidos "tan sólo" dos meses. Decenas de millones de inmigrantes de las empobrecidas zonas rurales llegan cada año hasta las ciudades en busca de trabajo, con la esperanza de disfrutar de algunos de los frutos de una economía que tiene un crecimiento que se acerca a los dos dígitos.

Con salarios que apenas llegan a un euro al día, estos inmigrantes han contribuido a que China se convierta en el taller del mundo y en una de las economías más pujantes del planeta. Muchos de estos trabajadores carecen de contratos formales y no tienen acceso a la ley, lo que les hace presa frecuente de la explotación laboral. La protección que las autoridades locales dispensan a menudo a los propietarios de las fábricas les permite actuar con total impunidad.

Algunos de los trabajadores esclavos rescatados, en la comisaría de Linfen.
Algunos de los trabajadores esclavos rescatados, en la comisaría de Linfen.REUTERS

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