Publicidad de la nada
Recibes correos electrónicos anunciando que Tom Cruise hará un cameo en una próxima película de acción con el que va a caricaturizar al ejecutivo de la Paramount culpable de que el propio Cruise rescindiera un sustancioso contrato. Te avisan por e-mail de que, tras el éxito de 300, "la tecnología digital se pondrá a disposición de uno de los personajes más emblemáticos de la mitología grecorromana, Hércules". También te dicen que la actriz Keira Knighley, la de Piratas del Caribe, es una de las candidatas para protagonizar una posible película sobre Lady Di que parece va a rodarse durante este año o el próximo. Te enteras de que George Clooney y Hugh Grant podrían protagonizar una versión de la serie de televisión Los persuasores. De que a finales de año podría comenzar el rodaje de una biopic sobre Iggy Pop, con Elijah Wood, que Goldie Hawn podría dirigir pronto su primera película, que Nicolas Cage está tan ocupado que no podrá intervenir en la protosecuela de Los intocables donde debería interpretar a Al Capone, con Brian de Palma como director, pero que la película se va a rodar igualmente sin él. ¿Quién le sustituirá?.. Sigan atentos a la pantalla.
A este otro lado del Atlántico hay situadas en puesto de salida un buen número de películas españolas, que irrumpirán pronto en el mercado, probablemente todas a la vez en septiembre. ¿Sabe usted ya cuáles son? ¿Cuántas de ellas le han estimulado a ver? ¿Espera con ansiedad su presencia en las pantallas? No se impaciente: días antes de cada estreno recibirá algún anuncio sobre algunas de ellas, de sopetón, como noticia sorpresa. Y tendrá usted que decidir sobre la marcha cuál va a ver, y enseguida, porque probablemente las quiten pronto de cartel.
La diferencia entre ambos frentes publicitarios es abismal. Cuestión de dinero, claro está. Mientras el cine de Estados Unidos divulga noticias incluso cuando no las hay, muchas películas españolas se estrenan desganadas, a veces incluso con cierto aire clandestino. Ni tanto ni tan calvo, por favor. Aunque hay casos en que se pone empeño en ponerse a la altura (ya se pueden ver en Internet las primeras imágenes de la aún inexistente nueva entrega cinematográfica de Mortadelo y Filemón), se trata de una promoción poco habitual. El lanzamiento de las pelis españolas suele estar cortado por un mismo patrón, cansinamente repetido de forma mecánica. Y eso no hay ley del cine que lo arregle. La imaginación al poder, please.
Babelia
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