Macri, presidente de Boca Juniors, se erige en líder de la oposición argentina

La arrasadora victoria conseguida en la noche del domingo por el empresario Mauricio Macri, presidente del club de fútbol Boca Juniors, en la primera vuelta a las elecciones de gobernador (alcalde) de la ciudad de Buenos Aires ha catapultado al jefe del centroderechista Propuesta Republicana (PRO) como líder de la oposición al presidente peronista Néstor Kirchner. Macri emerge así como nuevo líder político del centro-derecha argentino.

Aunque todavía debe celebrarse una segunda vuelta el próximo domingo 24, los más de 21 puntos de ventaja obtenidos sobre el segundo candidato, el peronista Daniel Filmus, han convertido a Macri en el político con mayor respaldo popular en la historia de la capital argentina. Y ello a apenas cinco meses de las presidenciales. Con el 45,62% de los votos, el empresario se ha quedado a las puertas de conseguir la mayoría absoluta en la primera vuelta. Los medios argentinos recordaban que nunca en la historia de Latinoamérica un candidato ha perdido en la segunda vuelta con una ventaja tan amplia en la primera.

Macri pidió a los electores el "apoyo final" mientras revelaba el estado de sus relaciones con el oficialismo peronista. Ningún miembro del Gobierno federal felicitó al vencedor de las elecciones. Es más, el jefe de Gabinete de Kirchner, Alberto Fernández, apenas tardó unas horas en pedir que no se dé por hecho que "el electorado porteño sea cautivo de un partido".

Parco y tenso ante las cámaras, a Macri, un ingeniero de 48 años, no le gusta ser catalogado como un magnate, aunque posee grandes compañías de construcción, automoción y transportes, amén de la presidencia de uno de los clubes de fútbol más importantes del mundo. Durante toda la campaña ha empleado un tono moderado incidiendo especialmente en la inseguridad ciudadana, un tema al que el porteño medio es muy sensible y cuya responsabilidad recae en el Gobierno federal. Y los vecinos de la capital le han dado su respaldo sin fisuras. El líder de PRO ha vencido en todos los distritos de la capital argentina -"una catarata de votos", reconoció- tanto en aquellos barrios de renta más alta como en los que se registran mayores carencias sociales.

Kirchner, en campaña

A apenas cinco meses de las elecciones presidenciales, la victoria del centro-derecha en la capital federal sobrepasa la lectura de unas meras elecciones locales. Macri es congresista federal, puesto logrado en octubre de 2005 venciendo ampliamente a la lista peronista que encabezaba el entonces ministro de Exteriores de Kirchner, Rafael Bielsa. El presidente de la República se implicó a fondo en aquella campaña y salió derrotado. Lo ha vuelto a hacer ahora apoyando a Daniel Filmus contra el mismo rival y el empresario de centro-derecha ha disparado su ventaja.

De nada le han servido al Gobierno federal sus continuos ataques contra Macri tratando de ligarlo a "modelos del pasado" o a su condición de millonario. El empresario no se ha saltado el guión elaborado por su equipo y ha evitado perder los estribos, especialmente en los debates. Y ello porque es consciente de que además de un gran respaldo su candidatura también genera un fuerte rechazo. En 2003 perdió las mismas elecciones en segunda vuelta tras vencer en la primera a Aníbal Ibarra, quien a la postre se convertiría en gobernador de la capital argentina.

En la alambicada política argentina cualquier resultado tiene múltiples lecturas. Sería complicado para Macri justificarse ante sus electores si después de convertirse en gobernador de la capital con un discurso centrado en los problemas locales se lanzara casi inmediatamente a la carrera por la Casa Rosada, pero como indicaba ayer Joaquín Morales Solá, uno de los periodistas más prestigiosos del país, aunque "moralmente" esté imposibilitado para concurrir a las presidenciales "quizás ahora la oposición tenga el jefe que buscaba".