Los barceloneses abandonan 58.000 bolsas de basura al año

La cruzada de la limpieza y el civismo impulsada por el Ayuntamiento de Barcelona permitió en el año 2006 censar alrededor de 58.000 bolsas de basuras abandonadas de cualquier manera en diferentes puntos de la ciudad. La actitud incívica no quedó impune; al menos 13.000 ciudadanos fueron identificados y sancionados con multas que oscilaron entre los 150 y los 300 euros, según aseguran portavoces municipales.

Cada día a las ocho de la mañana los agentes que componen las patrullas de Promoción Cívica inician un recorrido por las calles de Barcelona tratando de localizar las huellas del incivismo, la dejadez y la desidia. Efectúan el recorrido a pie, siguiendo 90 trayectos que han sido diseñados de antemano desde el Departamento de Servicios Urbanos y Medio Ambiente.

"El año pasado localizamos tiradas de cualquier manera 58.000 bolsas de basura", asegura un portavoz del departamento. Añade que la misión de los promotores cívicos es la de levantar acta de la incorrección, fotografiarla y dejar una pegatina sobre unos desperdicios que se encargan después de recoger los servicios de limpieza.

La misión de los promotores cívicos puede complicarse si detectan en determinados puntos de la ciudad signos reiterados de dejadez y abandono. En estos casos recogen las bolsas y las transportan hasta los almacenes, para tratar de descubrir si en en su interior hay datos que permitan identificar al propietario.

"Es un método rudimentario, pero nos ha permitido en sólo un año identificar a 13.000 ciudadanos incívicos, que acabaron siendo multados, con sanciones que oscilan entre 150 y 300 euros", recalca el portavoz del servicio municipal.

Los miembros de las brigadas del civismo censan y controlan no sólo las basuras que se dejan al pie de los contenedores, sino también las bolsas de desechos que han sido depositadas incorrectamente en algunas de las 21.000 papeleras de la ciudad.

La cruzada en favor del civismo y la limpieza obliga también a los patrulleros a censar los muebles abandonados o los cartones, o a controlar que los grandes sacos de lona que contienen materiales de derribo no permanezcan en las aceras más de 24 horas. Los agentes toman, asimismo, nota de destrozos en el mobiliario urbano, las pintadas, los daños en semáforos o cualquier otra anomalía. En números redondos, en 2006 estas patrullas llevaron a término 265.000 detecciones de todo tipo.

La cantidad de desechos dejados en las calles de Barcelona empieza a ser preocupante. Junto con las 58.000 bolsas de basura, se amontonaron en 2006 al menos 49.000 muebles viejos, 4.384 paquetes de cartones y alrededor de 20.000 sacos de materiales de derribos depositados ilegalmente, lo que supone una sexta parte de los oficialmente permitidos.

"Los barrios más dejados son Gràcia, Sant Martí, Sant Andreu y Ciutat Vella, pero también son los más vigilados por nuestras patrullas", recalca el portavoz municipal, quien no descarta que muchas de las incorrecciones cívicas hayan sido llevadas a término por gente ajena al barrio.

Las patrullas de los promotores cívicos del Ayuntamiento de Barcelona son una experiencia piloto. No existen precedentes similares en ningún otro Ayuntamiento del mundo, aseguran los portavoces del Consistorio.