Voces del extrarradio
Incomoda leer una novela como ésta, bienintencionada pero fallida, que es la segunda de Ana Esteban (Madrid, 1964), una autora que -leo- "trabajó en el sector audiovisual y abandonó esta profesión para dedicarse a la escritura" y que se desplaza a un extrarradio no identificado -es puerto de mar y tiene metro, la ciudad- para seguir los pasos, en el calor de la noche, en el sofoco de un tiempo de verano, de una madre y un hijo, desnortados, a la deriva. Una familia suburbial, aplastada por unas vidas tristes, sin salida, unas vidas que van y vienen, y se rozan, se ignoran o, a veces, estallan; unas vidas tristemente vividas, tristemente contadas, ahogadas, sofocadas por el calor de un verano cruel, que puede con ellos, y que nunca es aliviado por la brisa que de la cercanía del mar cabía esperar -un día al menos, por Dios-. Ana Esteban ha escrito una novela muy antigua, rancia, con descartes de relatos añejos de neorrealismo (social), título incluido, por más que utilice, en ocasiones, recursos narrativos aparentemente actuales. Relato apenas hay; todo el paisaje asfixiado por el calor omnipresente con una insistencia que se hace cansina, además de innecesaria e incluso irritante, calor, asfalto, chicle: por ejemplo el bochorno "le calienta de sopetón las piernas"; "un súbito calor que se apelmaza en las mejillas"; "un vapor enfurecido que emana de los cuerpos en éxtasis"; un poco de corriente "le humedece tibia la piel", pero, en seguida, de nuevo, el calor "taladra su coronilla" y, unas páginas más allá, "el mar al fondo se cocina en una sopa recalentada y agria". Incomoda encontrarse con una novela como ésta, cuando ya no se leen relatos de oficios, de seguir de pobres, de extrarradios y suburbios -de Ignacio Aldecoa, el mejor, para abajo, hay donde elegir-, pues resulta violento decepcionarse con este relato bienintencionado (aunque con evidentes fallos narrativos y un imperdonable tono monocorde y reiterativo), que trata de una madre en permanente estado al borde de un ataque de nervios, de un golfillo de arrabal sin perspectivas, y donde asoma entre el calor la soledad, la violencia de género, el trapicheo, la emigración, la incomunicación, el alcohol, las drogas. Todo y nada.
LA LUZ BAJO EL POLVO
Ana Esteban
Ediciones del Viento
A Coruña, 2007
166 páginas. 15 euros
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