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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El venéreo bajo vientre del 'blues'

El cartel de esta película contradictoria y desconcertante parece estar pidiendo a gritos un análisis: Samuel L. Jackson, enfundado en roñosa camiseta imperio, sujeta las cadenas que rodean la sinuosa silueta de Christina Ricci, arrodillada a sus pies y reinventada como pin-up white trash. Las botas, los mini-shorts y el top que (mal) cubren el cuerpo de la actriz parecen competir en brevedad. Una provocación diseñada a medida de los tiempos de la corrección política, con ecos de nostalgia basura por aquellos tiempos en los que cierto cine de serie B (y Z) manejaba sin delicadeza los conceptos de género y raza. A primera vista, Black snake moan parece querer jugar en la misma liga que Grindhouse y se diría el punto de encuentro entre dos fecundos subgéneros: el cine blaxploitation y esa variante del sexploit que jugueteaba con la imaginería de la sumisión femenina, todo ello barnizado con esa estética del trash sureño que con tanta ironía explotara el Russ Meyer de Mudhoney (1965). Fiel a las estrategias publicitarias de ese cine gozosamente bastardo, Craig Brewer no da lo que su cartel promete aunque, finalizada la proyección, al espectador tampoco le quedará una clara idea acerca de qué película tenía el cineasta en la cabeza.

BLACK SNAKE MOAN

Dirección: Craig Brewer. Intérpretes: Samuel L. Jackson, Christina Ricci, Justin Timberlake. Género: Drama. Estados Unidos, 2006. Duración: 115 minutos.

Después de contar la redención de un proxeneta por la vía del hip-hop en Hustle & Flow, el cineasta vampiriza imaginería de cine barato y diálogos de novelucha venérea para hilvanar otro relato (moralista y primario) de purificación, esta vez por los pedregosos senderos del blues. Su jugada no es ni posmoderna, ni ingenua, sino confusa y mal calculada: Black snake moan es especialmente divertida cuando lo es a su pesar.

Christina Ricci y Samuel L. Jackson, en <i>Black snake moan.</i>
Christina Ricci y Samuel L. Jackson, en Black snake moan.
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