La industria y la inversión toman el relevo a la vivienda para empujar el crecimiento al 4,1%
El mejor comportamiento del sector exterior permite a la economía española aumentar su diferencial con la zona euro
La economía española acelera el paso y vuelve a dejar atrás las previsiones del Gobierno y de los analistas. Los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) corroboran que la construcción y el consumo de las familias, los puntales en los que se ha apoyado el dinamismo económico desde 2003, redujeron sus tasas de crecimiento en el primer trimestre de este año. Pero el aumento de la inversión y el buen comportamiento de la industria compensaron con creces esa ligera desaceleración, de modo que el INE tuvo que rectificar su estimación inicial: el valor del PIB en el primer trimestre aumentó un 4,1% respecto al mismo periodo de 2006, una décima más que lo anunciado hace dos semanas. Y los expertos coinciden en que el crecimiento es ahora más equilibrado.
"Esta tarde toca rehacer otra vez nuestras previsiones, y ahora, cada vez que hablamos del crecimiento económico, es para revisarlas al alza". Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), sintetizaba ayer así lo que ha ocurrido en los últimos meses con los análisis sobre la economía española.
El elevado crecimiento de 2006 (3,9%) y las continuas advertencias sobre un aterrizaje, suave o brusco, de la actividad inmobiliaria, hacían presagiar un ritmo de expansión más moderado. Pero los datos muestran que las previsiones pecaron de cautelosas.
La economía española no deja de acelerar su crecimiento desde el último trimestre de 2003. Para encontrar una tasa mayor al 4,1% interanual registrado en los tres primeros meses de este año hay que retrotraerse al segundo trimestre de 2000. Y el secretario de Estado de Economía, David Vegara, indicó que los datos de afiliación a la Seguridad Social permiten augurar que el elevado ritmo de crecimiento se mantiene.
"Con los indicadores que conocemos no hay argumentos para mantener que se producirá una desaceleración en el segundo trimestre", coincide Laborda.
Los datos de contabilidad nacional reflejan que la expansión del PIB español se debe otra vez en exclusiva al tirón de la demanda nacional, que aporta 4,8 puntos porcentuales, sólo una décima menos que en el último trimestre de 2006. La diferencia radica en que en los tres primeros meses de este año el sector exterior resta menos (0,7 puntos porcentuales) que en otros periodos recientes. El valor del PIB en estos tres meses supera los 255.000 millones y la suma de los últimos cuatro trimestres roza ya el billón de euros. El diferencial con la zona euro (que creció un 3,1%) también se ha ampliado hasta un punto porcentual.
Bonanza europea
La reducción de la aportación negativa del sector exterior se debió a una ralentización casi pareja de exportaciones (crecieron un 4,2%) e importaciones (5,6%), que el Gobierno atribuyó a que los intercambios en el mismo periodo del año pasado ya aumentaron a tasas muy notables. "La buena dinámica de la economía europea nos está arreglando el sector exterior", considera el director del servicio de estudios de Caixa Catalunya, Xabier Segura. "La revisión al alza de las previsiones de crecimiento en Alemania es espectacular", añade.
Las economías europeas son los clientes básicos de las exportaciones españolas. "Que haya más actividad en sectores orientados a la exportación y que la demanda nacional se modere muestra que España puede crecer de otras formas", mantiene Carlos Maravall, experto de la consultora Analistas Financieros Internacionales.
"Es muy afortunado para España que la economía europea vuelva a tirar en el momento en el que necesita reestructurar su crecimiento por el aterrizaje inmobiliario", afirma el director del servicio de estudios de La Caixa, Jordi Gual. Los datos del primer trimestre atestiguan que el aterrizaje en la construcción al que hacen referencia los analistas se está produciendo ya, y también que, hasta ahora, lo hace de forma muy suave.
La construcción creció un 4,9% en el primer trimestre, el ritmo más moderado de los últimos tres años. Y dejó de ser el sector más expansivo, ya que la industria (un 5,1%) lo superó por primera vez desde 2000. Los servicios, el sector crucial de la economía española, también creció de forma notable (un 4%).
Repunte del gasto público
"La recuperación del sector industrial se debe en exclusiva a ganancias en la productividad", explica Laborda. "La corrección va en la buena dirección, todos los datos en el cuadro macroeconómico de España se están moviendo hacia lo deseable", apunta Segura, para quien esa corrección se refleja también en los componentes de la demanda: el gasto en consumo final aumentó un 3,9%, mientras que la inversión lo hizo en un 6,6%.
El director del servicio de estudios de Caixa Catalunya destaca el elevado crecimiento de la inversión en bienes de equipo (un 12,1%) en contraste con la moderación de la inversión en construcción (un 5,6%). "Es una señal de que las perspectivas de las empresas para el futuro son buenas", indica Segura. Y es también una nueva señal de que el crecimiento deja de concentrarse en el ladrillo.
Los datos de la inversión en la construcción evidencian además que la desaceleración fue mucho más acusada en la edificación y que sólo el fuerte ritmo de la obra en infraestructuras evitó una moderación aún mayor. El secretario de Estado de Economía admitió que esa evolución y la del gasto público (creció un 5,2%, tres décimas más que el trimestre anterior) están relacionadas con las elecciones, una circunstancia que destacó en un comunicado el portavoz de Economía del PP, Miguel Arias Cañete. Vegara, sin embargo, minimizó su efecto y sostuvo que era menor que en periodos electorales anteriores.
Las cifras apuntan a que la previsión de crecimiento para 2007 que maneja el Gobierno (3,4%) será superada, como ha repetido en los últimos días el presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, quien tildó ayer los últimos datos de "excelentes". Las estimaciones más recientes de la Oficina Económica de La Moncloa sitúan el crecimiento para 2007 en el 3,8% aunque la revisión oficial no se realizará hasta julio.
Medio millón de empleos
El empleo se ha convertido en el elemento más floreciente de la economía. Con más de medio millón de puestos a tiempo completo creados en los últimos 12 meses, España encabeza las listas europeas. En los últimos ejercicios, ha aportado prácticamente la mitad de todo el empleo generado en la Unión Europea. Y el ritmo no remite, al menos en las estadísticas, que muestran un avance del 3% en el primer trimestre.
Más allá de la bonanza cuantitativa, el reto pendiente es la calidad. Uno de cada tres asalariados en España está vinculado a su empresa con un contrato temporal. Y los sectores más dinámicos siguen siendo los de menor valor añadido. La construcción avanza un robusto 8,3% -aun más que en el trimestre anterior- frente a la caída del 0,3% que registran las actividades industriales, las más indicativas de la inversión productiva. Los servicios crecen un 3,2%.
Renta empresarial al alza
La remuneración de las empresas vuelve a ganar peso. El excedente bruto de explotación y las rentas mixtas sumaron 108.596 millones de euros en el primer trimestre de este año, lo que supone un 42,7% del PIB, su nivel más alto en la última década.
El crecimiento anual de las rentas empresariales es del 8,8% (sin descontar la inflación), de nuevo superior al de las rentas de los asalariados (7%), que sin embargo no perdieron peso (46,5% del PIB). El avance de las rentas empresariales se produjo en detrimento de lo recaudado por los impuestos a la producción y el consumo, que se quedó en el 10,8% del PIB por la reducción de ingresos en impuestos especiales.
Los datos también reflejan la contención de los salarios. El coste laboral unitario crece un 2,4% anual, nueve décimas por debajo del deflactor del PIB (3,3%), el indicador que mide en contabilidad nacional el incremento de precios.
Más productivos
La productividad, una de las principales carencias de la economía española, comienza a recuperarse. Este indicador, que mide la producción generada por cada trabajador, superó por primera vez en mucho tiempo la barrera del 1% (quedó una décima por encima). Es un límite que no se franqueaba desde el primer trimestre de 2001, según Economía. Y que, como media anual, no se ha alcanzado desde 1996.
Los expertos dudan de que el indicador que ofrece el INE, la productividad aparente del trabajo, sea la mejor forma de medirla, pues no tiene en cuenta la aportación de las tecnologías a la producción. Una forma de medición que implica por ejemplo, que la productividad de la construcción cayó un 3,4% en el primer trimestre, en oposición a lo que pasó en el resto de sectores. "Eso no es creíble", afirmó el jefe del gabinete de coyuntura de Funcas, Ángel Laborda.
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