La construcción de pisos libres cae un 18% debido al impulso a la vivienda protegida
El problema de la carestía de la vivienda ha calado muy hondo en Euskadi, más que en cualquier otra comunidad. Hasta el punto de que hace ya tiempo que ha desbancado al paro, el terrorismo, la sanidad o la delincuencia como la principal preocupación de los ciudadanos.
Los constructores y Eudel piden más flexibilidad y que se amplíen las reservas para los pisos de precio tasado
El Gobierno considera que cuanta más VPO haya en el mercado, más bajarán los precios de la vivienda libre
Euskadi sigue una tendencia inversa al resto de las comunidades, donde se construye casi el doble de pisos
La frenética actividad del sector desde 1998 no ha podido atender la demanda
Más de 93.000 jóvenes buscan piso para independizarse en los próximos tres años
Todos los partidos incluyen en sus programas electorales recetas para intentar solventar el problema, aunque, en un arranque de sinceridad, reconocen que no hay varitas mágicas. Tampoco se ponen de acuerdo en las soluciones. Sin embargo, en el tema de la vivienda, más que en ningún otro, sí se perfila con nitidez la división entre los políticos que se llaman de izquierda y los más conservadores o de centro. Esa diferenciación quedó patente durante la tramitación de la Ley de Suelo el año pasado, una norma que está llamada a marcar la pauta durante los próximos años.
Esta norma ha reducido de manera sensible el espacio para los pisos libres, al reservarles únicamente el 25% de los suelos urbanizables, frente al 35% con que contaban antes. El resto es para vivienda protegida. En la actualidad, de cada 100 pisos que se edifican en Euskadi, 35 son de VPO, el mayor porcentaje de España. El caso es que el auge de la VPO durante el año pasado contribuyó a una notable caída en la producción de la vivienda libre. El descenso fue de un 18% (la edificación pasó de las 11.987 viviendas iniciadas en 2005 a las 9.815 de 2006).
Una bajada, por otra parte, que es única en España, donde la construcción de pisos libres sigue batiendo récords.
La diferencia entre los partidos viene marcada por la apuesta por la vivienda de protección oficial (VPO). El impulso que viene dando a esta figura el Departamento de Vivienda, dirigido por Ezker Batua, contrasta con los intentos de los constructores y de algunos ayuntamientos para que abra más la mano hacia los pisos de precio tasado. Supone otro tipo de protección, pero estas viviendas dejan más beneficios para quien las construye y para el dueño de los terrenos, por lo general, los municipios. Euskadi sigue así una tendencia inversa al resto de las comunidades, algo que preocupa a promotores y constructores, que alertan sobre un binomio fatal: menor construcción de pisos no protegidos y precios en ascenso. Enrique González, gerente de la patronal de la construcción en Álava, explica que la situación del mercado inmobiliario en Euskadi es "alarmante". "El problema se ha acentuado. Se construye menos y la demanda sigue creciendo. La VPO, que es la gran esperanza del Gobierno, se ha quedado corta. La vivienda protegida no es la solución a todos los problemas. La Ley de Suelo ha perdido una oportunidad de ofrecer más solares para los pisos tasados, una fórmula muy necesaria en la sociedad actual".
La frenética actividad del sector desde 1998, con algunos dientes de sierra hasta 2003, no ha conseguido, contener las necesidades de vivienda. El desarrollo de las periferias de las ciudades y las reurbanizaciones propiciaron un despegue que ahora se ha ralentizado. Y no por falta de demanda de los ciudadanos, que sigue al alza, sino por las dificultades para encontrar suelo con licencia, es decir, terrenos preparados para su urbanización.
La escasez y carestía del suelo, piedra angular de la edificación, es otro de los factores clave que ayuda a explicar el descenso de producción de pisos libres y, a la vez, su alto precio. Los expertos no se ponen de acuerdo sobre si la vivienda es cara porque lo es el suelo o si, por el contrario, el suelo es caro porque la vivienda lo es. En lo que sí hay acuerdo es en que la agilización en los trámites para su urbanización ayudaría a rebajar la tensión en el mercado inmobiliario. Borja Jauregi, responsable de los temas relacionados con la vivienda en la ejecutiva de la Asociación de Municipios Vascos-Eudel, cree que la Ley de Suelo va a facilitar la salida de suelo al mercado para edificar. "Hace falta una gestión rápida y eficaz de los solares. Existe suelo calificado, pero es necesario gestionarlo y urbanizarlo rápidamente". Para Jauregi también sería importante abrir la puerta de una manera decidida a la construcción de pisos tasados. "Hay que ampliar la oferta, porque en muchas ocasiones con la vivienda protegida no se cubren los costes de construcción. Si la Ley de Suelo fuera más flexible [ahora contempla un 20% del suelo urbanizable para esta tipología de vivienda] se podría aliviar la demanda".
Frente a esta tesis, el viceconsejero de Vivienda, Javier Dean, asegura que la Ley de Suelo abre la puerta, de una manera "suficiente", a la construcción de pisos tasados. "Para acceder a esta vivienda es necesario tener unos ingresos entre 33.000 y 43.000 euros. ¿Cuántos jóvenes cuentan hoy con esos ingresos? La mayor parte ni se asoma". Según Dean, la presión que ejerce la vivienda protegida sobre el mercado libre es lo que está provocando una suave, pero sostenida, desaceleración de los precios.
Y mientras los políticos se afanan en la solución, 93.000 jóvenes buscan piso para emanciparse en los próximos años.
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