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Relevo presidencial en Francia

"Europa tiene que salir de la parálisis actual"

El flamante presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó ayer en Berlín, en presencia de la canciller alemana, Angela Merkel, que "urge actuar porque Europa tiene que salir de la parálisis actual". Sarkozy calificó la amistad franco-alemana de "sagrada. Nada la puede poner en tela de juicio". Para Merkel, esa amistad "es un milagro".

Merkel recibió a Sarkozy a las puertas de la Cancillería federal con alfombra roja y los máximos honores militares. Había despertado curiosidad la forma en que se saludarían al evocar los ceremoniosos besos de mano del anterior presidente, Jacques Chirac. Sarkozy optó por un ligero abrazo y besar en ambas mejillas a Merkel. Después siguió toda una exhibición de armonía en el lenguaje corporal, como si tratasen de desmentir informaciones de que no existe química entre ellos. Un comentarista de la revista Stern pronosticó que Merkel no soportará el estilo supermacho de Sarkozy y que éste llevará mal lo de medir tres centímetros menos que la canciller. Esa diferencia de estatura no se apreció. Al menos ayer Sarkozy era un poco más alto que Merkel. Empezó la canciller alemana con un amistoso toque al presidente francés, que respondió pasando el brazo por encima de la Merkel hasta sujetarla por el hombro.

En los discursos de saludo Merkel empezó con un "señor presidente, querido Nicolas" y siguieron ya con el tuteo. Los dos destacaron el significado del viaje de Sarkozy a Berlín a escasas horas de su toma de posesión. Según Merkel, se trata de "un signo de la extraordinaria amistad que vamos a continuar".

Gesto de amistad

Habló Merkel de "avanzar en una Unión Europea de paz y libertad" y expresó su confianza en que los dos concurrirán juntos al Consejo Europeo que se celebrará en junio en Bruselas. También aludió al "montón de trabajo" necesario para conseguir el objetivo de "llegar a una base contractual", antes de las elecciones al Parlamento Europeo de 2009 "para decir a la gente cómo seguirá todo". Evitó la canciller emplear la palabra Constitución.

Sarkozy calificó su viaje a Berlín como un gesto de la "amistad sagrada" entre Francia y Alemania. Pero, dijo, que no se trata de un gesto simbólico, sino "para que nos pongamos de inmediato a trabajar". Tras afirmar la urgencia de sacar a Europa de su parálisis actual, Sarkozy insistió en "no perder tiempo", porque "no se puede dejar los problemas sin intentar encontrar una respuesta y esperar a que empeoren".

El presidente francés declaró que llegó a Berlín "como europeo y como amigo con la clara conciencia de que es preciso obtener resultados". Concluyó con un: "Querida Angela, tengo gran confianza en ti y siento por ti una gran amistad". Tras las afirmaciones del enorme trabajo pendiente, los dos mandatarios se retiraron para cenar. La próxima cumbre europea y la del G 8, que se reunirá en Alemania a principios de junio, más la visita de Merkel hoy a Rusia figuraban en la agenda de la entrevista.

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