Milos Forman y familia
El cineasta checo se estrena con sus hijos en la dirección de ópera con la obra jazzística 'Un paseo bien pagado' en el Palau de les Arts
Milos Forman (Caslav, 1932) quería "volver a la juventud". Y lo ha hecho acompañado por sus hijos gemelos, Petr y Matêj, y por su amigo de la Praga de entonces, el director de orquesta Libor Pesek. Además, el realizador de Alguien voló sobre el nido del cuco y Amadeus ha elegido una ópera de jazz de los también checos Jiri Slitr (música) y Jiri Suchy (libreto), Un paseo bien pagado. Se estrena en la dirección escénica esta noche en el Palau de les Arts de Valencia, tras su exitoso paso por Praga.
Todo muy checo para alguien que ha vivido 40 años en EE UU y ha dirigido películas tan americanas y polémicas como El caso de Larry Flint. "Aunque cambies de pasaporte no quiere decir que tu mente y corazón cambien, porque mis raíces checas están ahí", comenta el cineasta, encorsetado a causa de un reciente accidente.
Se exilió al país americano en 1969, tras la Primavera de Praga. Un año antes había vivido el mayo del 68 de manera muy particular. "Era una situación que no tenía ninguna lógica, porque entonces yo estaba en el festival de Cannes y vi como mis amigos Truffaut, Godard, Malle o Chabrol intentaban izar en las astas las banderas rojas, mientras nosotros, en países comunistas, pretendíamos derribarlas. Y todo esto pasaba entre amigos", rememora.
"Para mí, EE UU suponía el sueño de la libertad, de la tolerancia, de todos los anhelos de un ser humano. Veníamos de la propaganda comunista contra del sistema norteamericano: la explotación, la pobreza, los crímenes... Y cuando fui me di cuenta de que todo era verdad; lo bueno y lo malo. Aquello me pareció fantástico porque te daba la oportunidad de llevar una vida decente, modesta, y también una criminal. Ahora es un poco diferente porque la Administración [estadounidense] sigue una tendencia distinta. Todo está dictado por la amenaza terrorista".
De temática muy diferente es la "fábula moralista" de Un paseo bien pagado, coproducción de la ópera valenciana con el Teatro Nacional de Praga. Se estrenó en los años sesenta en la capital checa y "fue una bocanada de aire fresco". "Tiene todos los ingredientes que le gusta ver al espectador: inteligencia, audacia y poesía", añade. La obra se basa en la balada You are the most beautiful landscape I know (Eres el paisaje más bonito que conozco) y relata la historia de una pareja en fase de divorcio ante el dilema de tener un hijo para cobrar un legado familiar. Se representará los días 16, 17, 18 y 19 (doble función) de mayo y es la última ópera de la primera temporada del Palau.
¿Y cómo ha ido la experiencia de trabajar con sus hijos?. "Mejor trabajar que vivir con ellos", bromea. Con expresión entre tímida y abstracta, los gemelos, creadores del espectáculo La barraca, que se vio el pasado año en España, no se pronuncian. Al final, Petr dice que la ópera les ha "permitido pasar un tiempo juntos muy bonito". "Mi padre tuvo que salir de nuestro país en 1968 y durante 12 años sólo podíamos verlo algunas semanas; con este trabajo hemos estado tres meses juntos", agrega el codirector escénico de la ópera, con escenografía de Matej Forman.
El padre asegura que dirigir teatro requiere mucho más esfuerzo que el cine. Destaca el buen momento del cine checo, cuyas películas superan a las americanas en recaudación en el país centroeuropeo, y no duda de los beneficios de la división de la antigua Checoslovaquia: "Antes, los checos y los eslovacos éramos antagonistas; ahora nos adoramos"."Mis amigos intentaban izar las banderas rojas, mientras nosotros queríamos derribarlas"
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