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Reportaje:

Poesía argentina y rock de la Ría

Fito Cabrales y Andrés Calamaro darán cuatro conciertos juntos en julio, con los que pretenden llenar estadios con rock en castellano; hoy salen a la venta las 200.000 entradas

Patricia Gosálvez

Hace 10 años Fito Cabrales se coló en el camerino de Los Rodríguez "en plan fan". Fue en un garito de Vitoria. Andrés Calamaro no lo recuerda.

-Soy tan desalmado, o estaría tan ciego... ¿Fuimos atentos?

-Mucho -dice Fito- y eso que eran otros tiempos en los que era difícil ser atento. Ni siquiera estar atento.

Los músicos se encuentran ahora, cuarentones y atentos, en un hotel de lujo presentando su gira conjunta 2 son multitud. Cuatro conciertos, los cuatro sábados de julio, en Getafe (Madrid), Benidorm, Santiago de Compostela y Barcelona. Serán como "pequeños festivales en recintos muy amplios, con muchos servicios de hostelería y mercadillos", según la promotora. Se versionearán el uno al otro, tocarán por separado y volverán a juntarse para los bises. En total, entre tres horas y media y cuatro de música. "Será una fiesta reivindicativa del rock en castellano", dice Fito. Calamaro: "A la altura del guiri más importante que venga a tocar a España. Tenemos legiones de gente que nos quiere como a hermanos. Vamos a competir con los Rolling Stones... ¡y con Coti!".

Por separado, ambos cuelgan carteles de no hay entradas. Juntos quieren colocar 200.000 localidades de 50 euros en cuatro días. La idea del baño de masas conjunto fue del manager de Fito y tiene el respaldo de una compañía de móviles. Según Calamaro, las dimensiones del show las marca el mercado: "Cuando volví a tocar en Madrid, tras cinco temporadas retirado, como César Rincón (que el otro día cortó dos orejas), llenamos el Palacio de Deportes con más entradas vendidas que The Who. Menos que Coldplay, pero mucha gente. Fito hizo dos de ésos. El rock siempre se vivió en bares, nadie me va a convencer de que tocar en La Iguana de Vigo es menos importante que tocar en un estadio, pero es lo que la realidad impone. Además, tengo que pagarle Harvard a mi hija".

Calamaro y Fito comparten músicos, productor, discográfica y canciones. El argentino incluso le regaló al de Bilbao el título de Vivo... para contarlo, pero no son amigos íntimos, no saben si el otro hizo la mili, no conocen a sus respectivos hijos. No tienen ni idea de cómo funcionarán entre bambalinas. "Nos conformamos con que no se parezca demasiado a Spinal Tap", dice Calamaro refiriéndose a un hilarante falso documental sobre la gira de una banda de viejas glorias del heavy.

De momento, sienten mutua admiración profesional mezclada con una leve intuición de quién hay detrás de las canciones. "La genética canalla, la calidad discográfica y el momento consagratorio de Fito contrastan con su humildad", dice Calamaro, "no hace falta convivir con él para darse cuenta; su público lo sabe, a Fito la gente no sólo lo quiere escuchar, lo quiere a secas". "A mí me sigue dando corte subirme a un escenario con Calamaro", dice Fito. "Conozco más su obra que su persona, pero un gran artista nunca es un gilipollas, es alguien que tiene cosas que decir".

Calamaro es conciso resumiendo lo que tienen en común: "Hacemos buenas canciones, buenas letras y somos ex drogadictos". Fito matiza: "Regresados". Si la droga une, ¿une también haberse quitado? "La droga une, pero destruye", dice Calamaro. "Ahora nos vamos a privar de esas monstruosas conversaciones absurdas después de los conciertos para arreglar el mundo". Fito asiente: "Sí, pero... no eran tan importantes; mi sensación al estar fuera es que me doy más cuenta de todo". "Es que el estrés de la vida marginal es superior al de cualquier oficinista", dice Calamaro, "cada 20 minutos tienes que resolver una situación de vida o muerte, de desesperación o alivio. Aun así, hay que estar orgulloso de la experiencia de cada uno". ¿Y en qué no se parecen? "Sobre todo, en el peinado", dice Calamaro. A su ingenio no se le pasa una, su discurso atrapa pero está harto de su propio mito, quiere otro. "No me pongas de genial charlatán, pon que soy como un Bogart taciturno y misterioso", dice al final de la entrevista, haciendo un abanico con los dedos frente a los ojos. Fito es elocuente y simpático, pero más parco en palabras. "Nos turnamos en las entrevistas", explica Calamaro, "éste tiene mucha más labia que yo; si no, no escribiría esas letras".

"En el escenario tampoco tenemos que ser todos iguales", dice Fito, que se lamenta de su falta de ego: "Hay que comerse el escenario cada vez, pero a veces la cabeza no te deja". "Lo de los músicos y el ego", interrumpe Calamaro, "es un insulto al psicoanálisis. Se mezcla la ignorancia popular con la astrología... ¡Mick Jagger es Leo! Bah, este oficio es un atentado permanente al ego de patio de colegio. Desde el escenario, los aplausos ni se oyen. Y a nosotros el éxito no nos llega en nuestra primera juventud. Llevamos 20 años, pero somos los mismos si hace falta subimos el amplificador vomitado para tocar en un bar".

Lejos del vómito, la extraña pareja se sienta en un sillón del hotel de lujo para la foto. Calamaro hojea una revista de moda.

-Los bolsos de marca son el nuevo objeto del deseo, si quieres quedar como un duque, hay que regalar un Chloe, un Givenchy... Mira qué bonito, 1.500 euros.

-¿1.500? ¿Lleno de qué? -pregunta Fito. Calamaro le mira confundido.

-¡Ni entendí la pregunta! -salta de pronto- ¡Lleno de nada, hombre!, eso cuesta.

-¿Pero qué tiene?

-Pues es como el bolso de toda la vida, pero de 1.500 euros.

Andrés Calamaro (arriba) y Fito Cabrales.
Andrés Calamaro (arriba) y Fito Cabrales.GORKA LEJARCEGI

CALAMARO

- Andrés Calamaro (Buenos Aires, 1961) debuta a finales de los setenta con bandas como Raíces o Los Abuelos de la Nada.

- En 1990 funda Los Rodríguez, con Ariel Rot y Julián Infante, de Tequila.

- Se convierten en superventas y mitos del rock en castellano con los discos Sin documentos y Palabras más palabras menos. Se separan en 1995.

- A pesar de haber estado retirado entre 2000 y 2005, tiene 15 discos en solitario.

- El último, El palacio de las flores.

FITO

- Adolfo Fito Cabrales (Bilbao, 1966) forma Platero y Tú en 1989.

- La banda se consolida durante los noventa como uno de los referentes del rock duro junto a Rosendo y Extremoduro, con los que giran en 1996.

- En 1998 forma Fito & Fitipaldis, una banda paralela "para tocar en bares".

- En 2001 Platero se disuelve y Fitipaldis despegan. Ha vendido 900.000 copias de sus cinco discos.

- El último, Por la boca vive el pez.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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