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Unas coplas por los médicos de Leganés

Serrat, Ana Belén y Miguel Ríos arropan a los facultativos del hospital Severo Ochoa

La música de Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Miguel Ríos y otros artistas sirvió anoche de excusa para que 9.000 personas cantaran y se emocionaran en la plaza de toros La Cubierta, de Leganés. Pero también dio pie a la defensa de la sanidad pública y de los médicos del hospital Severo Ochoa, que fueron apartados de sus responsabilidades por el caso de las sedaciones a enfermos terminales en el centro. Cantantes y actores unieron sus voces a las del público, para gritar que el conflicto del Severo les duele tanto como a los profesionales afectados.

El concierto, pese a la cercanía de las elecciones, deparó escasas referencias a la convocatoria de las próximas comicios del 27 de mayo. Sólo el joven cantautor madrileño Luis Ramiro pidió un castigo "para ese partido que quiere acabar con la sanidad pública", en alusión al PP.

La mayoría de los parlamentos se limitaron a defender las sedaciones practicadas por el equipo del doctor Montes, en la unidad de urgencias del Severo Ochoa. "La sedación es totalmente legítima", clamó Pilar Bardem para abrir boca. "No es lo mismo que la eutanasia", agregó Juan Diego.

En las gradas no se vieron pancartas ni se corearon consignas. Sí las canciones de los nueve artistas que desfilaron por el escenario, comenzando por el Gran Wyoming, que se vio perjudicado por la excesiva reverberación del recinto y unos molestos acoples.

Situada en la primera fila, Lara, de 22 años, había acudido "a ver a Víctor y a Ana. Bueno, y de paso a apoyar la causa". A su lado estaba Nuria, de 37 años, que calificó de "injusta" la situación que viven los facultativos, destituidos por el gobierno regional en 2005, después de que una denuncia anónima les acusara de practicar 400 homicidios.

La irrupción de Víctor Manuel consiguió animar al público, antes de que los raperos La Excepción reorientaran el concierto hacia ritmos más bailables. "Queremos que votéis. Izquierdas, derechas, lo que queráis, pero que votéis". El llamamiento fue recibido con división de opiniones.

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Después tomaron el micrófono Soledad Jiménez, cuyo dúo con Miguel Ríos causó una de las mayores ovaciones, Ismael Serrano y Ana Belén. La actriz y cantante cedió el testigo al artista más aclamado de la noche. Serrat, guitarra acústica en mano y apoyado por unos sencillos arreglos, despidió el acto con los acordes de Mediterráneo. "Monstruo", se oyó entre la multitud. El cantautor catalán sonrió, y expresó su solidaridad con los médicos, preparados ya para ocupar el escenario.

"Antes me han preguntado si esto era un acto de campaña", dijo Juan Diego, que matizó: "Es un acto por una sanidad pública, por este hospital y por Severo Ochoa, símbolo de ciencia y de progresismo". El doctor Montes, emocionado, tomó la palabra. Agradeció el apoyo de los asistentes y aseguró que el acto de ayer supone "un reconocimiento a una lucha que ya dura 26 meses por la libertad, los derechos de los ciudadanos y una muerte digna". Montes avanzó que si los trabajadores del Severo Ochoa pierden el juicio al que se enfrentan, habrá que organizar más actos reivindicativos como el de anoche, "porque hay que ganar".

"Me llamó Luis Montes, tengo 58 años y lo digo con orgullo: trabajo en el Severo", remachó. El público, que había interrumpido su parlamento con aplausos, respondió coreando: "Que sí, que sí, que somos inocentes", y pidiendo la dimisión del consejero de Sanidad, Manuel Lamela.

Al fondo una enorme pantalla dedicaba el último aplauso de la grada a los 9.000 ciudadanos que se volcaron con los médicos: "Gracias, Leganés".

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