Un proyecto con amplia participación

El borrador de decreto del nuevo currículum vasco que ayer presentó el consejero de Educación tiene detrás varios años de recorrido y de polémica. Al final, el departamento ha atendido las aportaciones realizadas desde la red privada concertada y la pública, pero definiendo y marcando su rumbo, como le corresponde en su condición de autoridad educativa.

Educación incorporó de una forma definitiva a los centros de la red pública al debate sobre el currículum a finales del mes de marzo del año pasado. Los meses anteriores transcurrieron en un tira y afloja, en los que los padres de la escuela pública acusaron al departamento de hacer dejación de sus funciones por no ponerse al frente desde el principio de un proyecto tan crucial y delegar el trabajo en la red privada concertada (Federación de Ikastolas y colegios cristianos en su mayoría), que había tomado la delantera y a la que apoyó financieramente y con asesores.

Las asociaciones de padres y los directores de los centros públicos formaron un frente común para impulsar la elaboración de un proyecto de currículum de forma paralela al documento redactado por la red concertada y entregaron a finales del año pasado a Educación su propuesta. Por su parte, la red concertada hizo lo propio en febrero de este año.

A partir de ese momento, fue Educación quien asumió toda la responsabilidad y completó las aportaciones de las dos partes hasta conformar el currículo básico y común para el alumnado, que será de aplicación oficial en todos los centros educativos y que define lo que deberá aprender un alumno desde que entra en el sistema educativo hasta que termina la enseñanza obligatoria.

Una vez elaborado el borrador del decreto, la intención de la consejería es que los agentes educativos que han participado en el proceso lo analicen con detalle y realicen, si es el caso, alguna otra aportación. Las primeras críticas ya se han dejado escuchar y pertenecen al PP, que considera que se trata de un currículum excluyente, al fijar el euskera como lengua principal del sistema, y que tiene un marcado tinte nacionalista en su orientación.