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Más del 70% de los inmigrantes en España no logran financiación para comprar bienes

A tocateja, sea un mueble o un coche. Los inmigrantes pagan sus compras de bienes duraderos en una gran mayoría al contado, como concluye El Observador Cetelem 2007, que se presentó ayer. Esta revista analiza los hábitos de consumo en los países europeos y depende del banco de crédito al consumo del mismo nombre, adscrito al grupo financiero francés BNP-Paribas. Por ejemplo, en la compra de muebles, tres cuartas partes de los inmigrantes pagan al contado, mientras que entre los consumidores españoles, la cifra es de algo más de la mitad. "Es por la falta de acceso a la financiación que tienen estos colectivos por sus condicionamientos sociales y económicos", explicó ayer Salvador Maldonado, director de El Observador Cetelem y de Relaciones Externas y Estudios de este banco.

El estudio ha entrevistado a 2.000 personas en España, y ha analizado tres sectores de consumidores: los junior -de 18 a 35 años-, los senior -mayores de 55- y los inmigrantes. Siguiendo con éstos últimos, El Observador aprecia que prefieren tener un automóvil en propiedad, y que para ello compran vehículos de segunda mano o seminuevos. "Ello ha dado un impulso al sector del automóvil", continuó Maldonado, "porque, aunque está previsto un descenso de la venta de coches nuevos de un 1,6% en 2007, entre el ascenso en la venta de todoterrenos y los de segunda mano, el sector en realidad crece".

Casa en propiedad

Respecto al hogar, "los inmigrantes, sobre todo si tienen intención de establecerse, se han contagiado de la visión española de tener la casa en propiedad". Aunque su demanda no sirva para animar la construcción de vivienda nueva -dado que también para las casas prefieren comprar las de segunda mano-, sí sirve para mantener el mercado, según este experto. En opinión de Maldonado, los inmigrantes "están animando el crecimiento económico y del empleo", además de variar la pirámide de población en España, que cada vez más tiende al envejecimiento, aunque subrayó que la sola presencia de inmigrantes "no será suficiente para solucionar el problema español".

A este respecto, señaló el cambio en los hábitos de consumo de los nuevos senior: personas con más formación, cultura y dinero que sus predecesores. Estos consumidores tienen una gran preocupación por su salud y, sobre todo las mujeres (95%) cuidan de que su alimentación sea sana y equilibrada. Los senior españoles son distintos de los europeos en una faceta. Cuando se les pregunta si en el futuro o después de la jubilación vivirán en el mismo lugar o se trasladarán a otro, los españoles eligen la primera opción (91,8%), mientras que muchos europeos se van a zonas más agradables, por ejemplo, España. Tal vez es así porque el 75% de este colectivo ha colaborado o colabora en el cuidado de sus nietos y por ello no pueden cambiar su lugar de residencia.

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