Candidatos que cambian de bando
Cerca de 80 alcaldes catalanes vuelven a aspirar al cargo, pero en formaciones distintas a las de 2003
No puede considerarse una OPA, pero algo de hostil sí tiene. Cerca de 80 candidatos que encabezaron listas en las pasadas elecciones municipales de 2003 repetirán puesto el próximo 27 de mayo pero ahora con siglas diferentes. Algunos han cambiado directamente de partido; otros lo harán en candidaturas independientes pero auspiciadas por alguna formación. Sólo en la provincia de Girona, esta fuga afecta a 56 alcaldables, es decir, una cuarta parte de los 221 municipios.
En Cataluña, son los nacionalistas quienes más han acusado este fenómeno, sobre todo en favor del PSC y Esquerra Republicana, que patrocinan las candidaturas de Progrés Municipal y Acord Municipal, respectivamente. Por ejemplo, 14 ex alcaldables convergentes concurrirán ahora del brazo de los socialistas. Iniciativa, en cambio, ha crecido a base de fichar antiguos simpatizantes de los otros dos partidos de la izquierda.
PSC, ERC e ICV han conseguido presentar 400 candidaturas más que en 2003
Estos movimientos se explican por la voluntad de la izquierda de desbancar a Convergència i Unió del papel electoral preeminente que ha tenido en la Cataluña rural desde la restauración de la democracia. Con CiU al frente de la Generalitat durante 23 años, los nacionalistas tuvieron la habilidad de tejer una tupida red municipal capaz de copar la mayoría de ayuntamientos de la Cataluña profunda. La izquierda, en especial el PSC, se procuró el gobierno de las grandes ciudades.
Ahora, relevada del Gobierno catalán, CiU ha logrado mantener intacto el número de listas (921), pero seguida de cerca del resto de formaciones del tripartito catalán, que van acortando distancias. PSC, Esquerra e Iniciativa -en numerosas ocasiones bajo siglas independientes- presentarán 400 candidaturas más que en los comicios de 2003. El mismo portavoz republicano, Jordi Portabella, no ha tenido reparos en admitir que ERC ha formado más listas gracias a su presencia en el Ejecutivo catalán.
La polémica, sin embargo, la originó el secretario general de los nacionalistas, Josep Antoni Duran Lleida, quien acusó a socialistas y republicanos de arrebatar candidatos a CiU a cambio de prometerles la realización de infraestructuras pagadas con dinero público. Ambos partidos se apresuraron a rechazar la acusación. Pero lo cierto es que en estas elecciones como en ninguna otra se ha producido tal trasvase de alcaldables entre formaciones.
Los dirigentes nacionalistas minimizan los cambios y los califican de "anecdóticos". Para Eudald Casadesús, presidente de CDC en Girona, incluso tienen una parte positiva: "Desenmascara a la gente que no siente el partido y que se guía por intereses particulares". En cambio, para Josep Quintanas, secretario de organización del PSC en Girona, estos movimientos sólo obedecen a la "normalidad democrática", ya que son "alcaldes de pueblo que miran por los intereses de su municipio antes que las ideologías". José Zaragoza, secretario de organización del PSC, realiza una lectura más política al asegurar que estos candidatos rehúyen el "creciente radicalismo de CiU".
Para muchos de estos candidatos, que no militan en partidos, el hecho de que ahora la izquierda gobierne en Cataluña les ha convencido de que presentarse por el PSC, ERC o incluso ICV puede procurarles mayores inversiones para su municipio. Así lo sostiene, por ejemplo, Camilo Adam, alcalde de Santa Maria de Besora, desencantado con las promesas que dijo haber recibido de CiU. Incluso dirigentes de CiU aceptan este argumento.
Sin embargo, otros cambios son más incomprensibles. En Platja d'Aro (Baix Empordà) el número uno de la candidatura de Ciutadans, Martín Palahí, concurrió por ICV en las pasadas municipales, tras su paso por el PP, que abandonó por "la dictadura que había dentro". Ahora ha fichado por Ciutadans. Palahí se define de "derechas, católico practicante y amigo de los curas".
Información elaborada por Josep Garriga, Natalia Iglesias y Miquel Noguer.
RAMON VILALTA / 'ALCALDABLE' POR ERC EN SANT JAUME DE FRONTANYÀ: "Los partidos son como una camisa"
Sant Jaume de Frontanyà, con 31 habitantes, es el pueblo más pequeño de Cataluña. Ello no impide que hasta tres personas compitan por la alcaldía de este pueblo del Berguedà, entre ellos el independiente Ramon Vilalta, actual primer edil. Éste se presenta por segunda vez: ahora por Esquerra Republicana, después de haberlo hecho por el PSC en 2003. "No busque nada extraño en ello", advierte en tono socarrón: "Los partidos son como una camisa, que se puede cambiar: lo importante es la persona que la lleva".
De hecho, dice este alcalde, "me da lo mismo presentarme por un partido o por otro". Y es que pese a haberse presentado en una lista del PSC, como independiente, eso sí, y haber tenido el honor de recibir la visita del presidente Pasqual Maragall el día que entraba en vigor el nuevo Estatuto, Vilalta proclamó: "Nunca he sido socialista".
Decidió cambiar de lista el pasado mes de noviembre. "La mitad del pueblo votó a Esquerra Republicana en las elecciones autonómicas y sólo tres personas votaron al PSC", explica. "¿Qué tenía que hacer, presentarme con los socialistas?". Le acabaron de convencer los vecinos que forman parte del Consejo Municipal, el órgano sustituto del plenario en los pequeños municipios. "En la última reunión que hicimos les pregunté si querían que continuara, me dijeron que sí, y me recomendaron que me presentara por ERC". "Así lo hice", remacha.
¿Desengañado con el PSC? "En absoluto. En estos cuatro años, el pueblo ha hecho su camino como siempre; y lo seguirá haciendo con ERC", dice convencido de su victoria. No lo tiene difícil: sus dos rivales ni siquiera están empadronados en la población, de forma que, si no ganan, ni siquiera podrán formar parte del consejo municipal, reservado a los 27 vecinos que sí están empadronados y tienen más de 18 años.
JOAN PERELADA / 'ALCALDABLE' POR EL PSC EN VALL DE BOÍ: "He tenido muy buena sintonía con Joaquim Nadal"
Joan Perelada, que lleva 12 años como alcalde de Convergència i Unió (CiU) en la Vall de Boí (Alta Ribagorça) y ocho como presidente del Consejo Comarcal, ha sido uno de los fichajes más sorprendentes del PSC para las elecciones del 27 de mayo. "Me ha costado mucho tomar esta decisión y espero que los vecinos la entenderán cuando les explique que mi apuesta personal sólo persigue el bien del municipio", señala Peralada, que en 1995 concurrió a los comicios como independiente.
Las críticas ante tanto cambio no se han hecho esperar, y él se defiende: "Me preocupo de que el municipio progrese. No hago un juego político, sino que me limito a ser práctico. Eso es lo que me ha hecho cambiar".
Los responsables municipales de CiU están indignados por la pérdida de uno de los candidatos que podía asegurarles una alcaldía en el Pirineo y acusan a los socialistas de comprar alcaldías con dinero de la Generalitat, prometiendo subvenciones o infraestructuras. Perelada niega que ése sea su caso y asegura que en los últimos años se ha sentido a gusto con la política que el gobierno tripartito ha desarrollado en la Vall de Boí, un territorio que en su opinión está atravesando un momento crucial desde el punto de vista del urbanismo, del turismo, de las infraestructuras y de la ganadería. "Es cierto que he tenido mucha sintonía con Joaquim Nadal
[consejero de Política Territorial y Obras Públicas] y con Oriol Nel·lo
[secretario de Planificación Territorial de la Generalitat].
Perelada se muestra sorprendido por un rumor propagado por CiU que señala que los socialistas le han ofrecido un cargo en el Ministerio de Agricultura para dentro de unos meses. "Esa es una mentira como una catedral. Lo único que quiero es ser alcalde de la Vall de Boí y por ahora no tengo ningún interés en ir a trabajar a Madrid. Sólo iré allí a pedir mejoras para mi municipio. Puedo jurar que no me han ofrecido nada a cambio", afirma.
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