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La flota insiste en pedir a sus gobiernos que impidan vender la anchoa

Dos pesqueros guipuzcoanos y otro gallego se incorporan a la campaña científica

Todas las cofradías de pescadores del Cantábrico insistieron ayer en reclamar a sus gobiernos autonómicos que prohíban la venta de la anchoa que pesquen los franceses durante la campaña científica, a la que, por fin, se sumaron ayer desde Hondarribia las tres primeras embarcaciones españolas. Los arrantzales se dirigieron también a la industria conservera, a la que pidieron que "arrime el hombro" y no compre las capturas que pueda hacer la flota gala.

Las federaciones de cofradías de pescadores de bajura de Galicia, Asturias, Cantabria y País Vasco se juntaron ayer por la mañana en Santander con el objetivo de "aunar esfuerzos" ante la "dramática" situación del sector, según adelantó la víspera el representante de los arrantzales guipuzcoanos, Jaime Tejedor, tras reunirse con el lehendakari Ibarretxe.

Durante el encuentro celebrado en la capital cántabra, los pescadores se reafirmaron en la decisión que tomaron la pasada semana: a diferencia de los franceses, no comercializarán las anchoas que capturen durante la campaña científica, cuyo fin es precisamente analizar el estado de esta especie en el Golfo de Vizcaya, una zona ahora bajo veda decretada por la Unión Europea, porque está esquilmada.

Tras la reunión, Tejedor y el presidente de la Federación de Cofradías de Cantabria, Tomás Cos, explicaron que los barcos españoles que participen en la campaña científica están decididos a devolver sus capturas al mar vivas, ya que las artes de cerco, según dijeron, así se lo permiten.

Industria conservera

Ahora bien, exigieron que se tomen medidas para impedir que la flota francesa de arrastre comercialice sus capturas en España. Por eso, insistieron en reclamar a sus respectivos gobiernos autonómicos que establezcan los mecanismos precisos para frustrar su venta. De momento, el Gobierno vasco ya ha movilizado con este fin a tres consejerías, Interior, Industria y Comercio. El Ejecutivo cántabro está dividido. El presidente, Miguel Ángel Revilla, del Partido Regionalista, apoya la petición de la flota, mientras que la vicepresidenta, Lola Gorostiaga, del PSOE, es partidaria de la venta por el bien de la industria conservera.

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A esta última se dirigieron también los pescadores para pedirle que "arrime el hombro" y no compre anchoa a la flota francesa. "A fin de cuentas, se está jugando igualmente su futuro", remarcó Tejedor.

La reunión sirvió además para que las cofradías de Cantabria, Vizcaya y Guipúzcoa pactaran que sus barcos harán una parada biológica de 40 días a partir del 23 de mayo. Las cofradías de Asturias y Galicia concretarán su fecha tras consultar con sus respectivas flotas.

Estas peticiones y acuerdos se pusieron sobre la mesa unas horas después de que partieran del puerto de Hondarribia los tres barcos de cerco españoles -dos guipuzcoanos y uno gallego- que acompañarán durante 24 días al buque oceanográfico francés Thalassa en la parte de la campaña consorte bautizada Pelgas. A bordo de las embarcaciones viajan científicos, que indicarán a los arrantzales cuándo han de hacer una largada para coger una muestra de anchoas, que se medirán y pesarán.

Otros cuatro barcos se harán a la mar, donde ya faenan los franceses, el próximo día 3 desde el puerto de Pasajes, para acompañar al buque oceanográfico español Emma Bardán. Las condiciones de la llamada campaña Rastrillo (en los barcos viajará un biólogo, pero no habrá buque oceanográfico) están ya fijadas, pero falta por concretar la fecha de arranque. En ella participarán 13 buques de cerco españoles.

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