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Nuevas acusaciones de corrupción golpean al Gobierno de Israel

Dimite el ministro de Hacienda, sospechoso de embolsarse dinero de fondos públicos y ONG

El Gobierno de Ehud Olmert se desmorona lenta pero irremediablemente. El ministro de Hacienda israelí, Abraham Hirchson, renunció ayer por un plazo de tres meses al cargo para afrontar graves acusaciones de corrupción y malversación de fondos. Es un golpe más para un Ejecutivo sumido en el descrédito y la parálisis. El titular de Justicia, Haim Ramon, ya fue condenado por acoso sexual, y el de Asuntos Estratégicos, Avigdor Lieberman, fue interrogado ayer por presunta financiación irregular de una campaña electoral.

A una semana de que la comisión oficial que investiga la guerra de Líbano del verano pasado dé a conocer su primer informe -del que se anuncia que ni Gobierno ni Ejército saldrán bien parados-, la renuncia de Hirchson supone un nuevo varapalo para Olmert, que asume temporalmente las responsabilidades de Hacienda. Incluso algunos ministros habían aconsejado a Olmert que destituyera a Hirchson. Al final, la presión mediática ha resultado insoportable, aunque difícilmente se sabrá si la iniciativa de dimitir correspondió al ministro o si su jefe le forzó.

Hirchson -organizador de la llamada Marcha de la Vida, acto que anualmente se celebra en el campo de exterminio de Ausch-witz- fue sorprendido hace 10 años en Polonia con un maletín en el que portaba 250.000 dólares. Sólo la inmunidad diplomática le salvó de males mayores. A mediados de la década pasada fue nombrado presidente de la Unión Nacional del Trabajo, sindicato del Likud que gestiona pensiones y servicios sociales. Fue al amparo de esos cargos cuando presuntamente se embolsó cientos de miles de euros procedentes de organizaciones no gubernamentales (ONG).

Interrogatorios

La policía le ha interrogado en tres sesiones de siete horas, y varios de los testigos han asegurado que llevaron decenas de veces paquetes de dinero en efectivo a su domicilio. El sábado, los investigadores comunicaron a la Fiscalía General que existen suficientes indicios para imputar a Hirchson por malversación de fondos.

Los escándalos se suceden sin pausa. Primero fue el ex ministro de Justicia Haim Ramon, condenado por acoso sexual. En enero fue incapacitado el presidente, Moshe Katsav, por violación de dos funcionarias, entre otros delitos. El Gobierno lleva un año en funciones y la mancha de la corrupción no deja de extenderse. Avigdor Lieberman, viceprimer ministro y titular de Asuntos Estratégicos, también fue interrogado ayer por la supuesta financiación irregular de una campaña electoral en 1999.

Y por si faltaran conflictos -el Ejército israelí mató ayer a tres personas en Cisjordania, nueve durante el fin de semana-, el diputado cristiano y árabe-israelí Azmi Bishara dimitió de su escaño en la Embajada de Israel en El Cairo. Bishara, que ha viajado a Líbano y Siria recientemente, abandonó Israel hace un mes y ayer afirmó que, de momento, no regresará. Asegura que teme ser sometido a un juicio en el que podría recibir una severa condena.

HAIM RAMON / Ministro de Justicia. Acoso

El ministro de Justicia, el ex laborista Haim Ramon, ahora en el partido Kadima, dimitió de su cargo en agosto tras ser imputado por acoso sexual. En enero fue condenado a trabajos comunitarios por conducta indecente: el ministro dio un beso en los labios a una soldado minutos antes de entrar en el Consejo de Ministros en el que se decidió ir a la guerra en Líbano. La soldado, que no había dado su consentimiento, le denunció.

MOSHE KATSAV / Presidente. Abusos sexuales

El presidente de Israel, Moshe Katsav, está temporalmente incapacitado para el cargo desde el pasado enero, después de que la fiscalía le acusara de violar a dos subordinadas, de cometer abusos sexuales contra otras funcionarias y de abuso de poder.

Katsav niega los cargos, se niega a dejar el cargo y se considera víctima de una caza de brujas impulsada por la policía y la fiscalía israelí, y agitada por los medios de comunicación.

EHUD OLMERT / Primer ministro. Favoritismo

El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, está en horas bajas, tanto políticas como judiciales, ya que es investigado por una supuesta interferencia en la privatización del banco Leumi, la principal entidad bancaria de Israel, con el objetivo de favorecer a dos empresarios amigos. Las autoridades también le investigan por supuestas irregularidades en la venta, en 1999, de una vivienda que Olmert poseía en Jerusalén, además de otros cargos de corrupción.

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