Una semana con los mejores escritores

Domingo de intriga, lunes de realidad, martes sentimentales y así una historia cada día de la semana para pasar un buen rato y conocer en una o dos horas el universo de escritores clásicos. Ése es uno de los objetivos de la colección Relatos Breves de Grandes Autores que por 0,90 euros, y hasta el 14 de mayo, se entrega con EL PAÍS.

Domingo de intriga: Conan Doyle. El escritor de Edimburgo (1859-1930) no sólo es el padre de Sherlok Holmes, si bien es cierto que se trata del detective por antonomasia, como dan cuenta los 60 relatos que protagoniza. Conan Doyle también creó relatos fantas-magóricos, de terror y de intrigas policiacas donde no interviene el jefe de Watson. El hombre de los relojes es uno de ellos. Éste es el cuento que se vende hoy con EL PAÍS que relata el misterioso asesinato de un hombre en un tren.

Lunes de realidad: Kafka. El Día del Libro de mañana coincide con el relato de uno de los novelistas imprescindibles del siglo XX por obras como La metamorfosis y El proceso. Aunque el autor checo (1883-1924) escribió Un artista del hambre en 1922, el cuento fue publicado de manera póstuma el mismo año de su muerte. Su valor radica en que Franz Kafka condensa ahí su universo arquetípico: un artista de circo de gran ambición profesional al que la sociedad no le presta atención y termina muerto de hambre en una jaula.

Martes sentimentales: Dostoievski. El escritor ruso (1821-1881) dejó claro desde sus primeras obras que era gran conocedor de los vericuetos del alma. En Noches blancas, escrita en 1848, muchísimo antes de sus obras inmortales Crimen y castigo y Los hermanos Karamázov, ya ronda el mundo de las ilusiones, las soledades y las quimeras que se inventa el ser humano para sobrellevar la realidad. Aquí, cuando un hombre pobre conoce a una dama empieza una fuga de su soledad al refugiarse en sus sueños. Penurias, amores y despechos.

Miércoles de mosaicos cotidianos: Pardo Bazán. Un viaje por la Galicia del siglo XIX, la gente, las costumbres y las historias supuestamente ciertas que pululan por allí es lo que recrea la gallega Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Lo hizo en la mayoría de sus más de 600 relatos, donde Un destripador de antaño es un buen ejemplo de ello. Pardo Bazán despliega en este cuento su lenguaje natural y ágil para contar la leyenda de un hombre al que acusan de ser el destripador y el terror de las aldeas.

Jueves de aventuras: London. Es el día para uno de los mejores aliados de los aventureros, Jack London (1876-1916). En El silencio blanco el estadounidense se adentra en la Alaska más salvaje, bella, silenciosa y helada. Es el escenario donde transcurre la historia de un hombre que atraviesa el frío y la soledad en busca de la mujer que le ha sido arrebatada.

Viernes de artimañas: Boccaccio. Más de seis siglos han transcurrido desde que el primer gran prosista italiano creara ese rosario de cuentos reunidos en Decamerón. Libro que convirtió a Giovanni Boccaccio (1313-1375) en uno de los faros del arte de narrar. Y una de esas historias es El rubí del arzobispo que relata cómo Andreuccio es engañado por una chica que termina robándolo, y luego éste decide expoliar el cadáver de un arzobispo.

Y sábado de autodescubrimiento: Flaubert. A los 17 años Gustave Flaubert (1821-1880) escribió Memorias de un loco. Una ficción autobiográfica en la que desvela los orígenes y motivos de su sensibilidad. El cuento en el que el autor francés ya prefigura lo que habrá ser y que hallará la gloria en Madame Bovary. Porque en estas Memorias de un loco, Flaubert se descubre y descubre sus sentimientos al contar las experiencias de niño y adolescente, sus primeros amores y odios; ilusiones y ambiciones. El relato es un tornado de emociones que muestra la incomprensión de sus padres y el difícil acomodo que halla en el nuevo mundo que se le abre a sus anchas.