El fiscal pide seis años de prisión para el dueño de Leche Río
A Jesús Lence se le responsabiliza de un vertido que mató 3.000 peces
El administrador único de Leche Río SL, Jesús Lence Ferreiro, se enfrenta a una petición de seis años de prisión que ayer formalizó el ministerio fiscal en una vista oral celebrada en la Audiencia Provincial de Lugo. Al empresario se le imputa un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente, ya que es considerado máximo responsable de un vertido que ocasionó la muerte de cerca de tres mil especies piscícolas en el río Tórdea.
La fiscalía también pidió 36 meses de multa a razón de 300 euros diarios y el abono a la Consellería de Medio Ambiente y la Confederación Hidrográfica del Norte de la cantidad que se determine en la sentencia por los daños causados al medio ambiente como consecuencia del supuesto vertido realizado por esta empresa láctea ubicada en el municipio lugués de O Corgo. Un perito que participó en la vista oral valoró la fauna muerta, -1.526 truchas, 1.471 bogas y 3 anguilas- en 25.260 euros.
Los hechos juzgados se remontan al primer día de septiembre de 1999, cuando agentes de la Delegación Provincial de Medio Ambiente y, al día siguiente, miembros del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, constataron una gran mortandad de fauna piscícola y turbidez en las aguas del río Tórdea que procedía, según su informe, de los vertidos que la factoría, entonces Lácteos Lence, realizó al Rego dos Troyos que desemboca en el río que apareció contaminado.
En los informes periciales se constató que en las tres muestras, recogidas en puntos diferentes, el oxígeno era "incompatible" con la vida de los peces y que el resto de los parámetros controlados "alteró gravemente" la calidad del ecosistema acuático.
Lence Ferreiro aseguró que en su empresa se cumplen los parámetros establecidos en la concesión para depurar vertidos al Rego dos Troyos y atribuyó la alteración a "una gran tromba de agua" que se tradujo en precipitaciones de 40 litros por metro cuadrado, tras una tormenta que llegó a cortar el suministro eléctrico a la factoría en dos ocasiones.
Un empleado de Leche Río, que vive junto a la instalación y trabaja en la depuradora, ratificó la versión de su jefe. Constató que hubo "una gran tormenta" y que cuando llegó a la empresa, a las 7 de la mañana, no funcionaba la depuradora por un corte energético.
Uno de los agentes de Medio Ambiente que testificó en la vista que el vertido "salía de la fábrica", en la que, dijo, "tuvimos más experiencias". Precisó, además, que fueron necesarias 17 personas para recoger, durante dos días, la fauna muerta. Y otro agente forestal declaró que "no llovió nada", y describió la existencia de "una coloración blanquecina" en el río.
La defensa declaró a los medios que la factoría tiene depuradora y autorización de vertidos desde 1993: "Si no cumpliera la normativa no habría peces ni allí ni en ningún otro punto del río Tórdea hasta su desembocadura", subrayó el abogado de Lence.
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