Corea del Norte gana tiempo para detener su programa nuclear
EE UU acepta dar a Pyongyang unos días más, pero le insta a cumplir sus compromisos
El Gobierno estadounidense ha dado un margen de unos días a Corea del Norte para que cumpla su compromiso de cerrar el reactor nuclear de Yongbyon, que debió haber clausurado el sábado. Pyongyang esgrime las dificultades para recuperar los fondos que Washington ha descongelado en bancos internacionales, una de las contrapartidas para detener su programa atómico. Estados Unidos y Japón han instado al régimen norcoreano a cumplir lo pactado.
El cierre del reactor de Yongbyon es el primer paso para el desmantelamiento del proyecto de armas nucleares norcoreanas, y fue pactado el pasado 13 de febrero durante las negociaciones a seis bandas, en las que participan Estados Unidos, las dos Coreas, Reino Unido, China y Rusia.
Corea del Norte puso, entre otras condiciones, acceder a los 25 millones de dólares congelados en un banco de Macao después de que EE UU acusara al régimen comunista de Kim Jong-il de blanquear y falsificar billetes de dólar. El desbloqueo de esos fondos se produjo en el plazo previsto, pero la transferencia a Pyongyang está encontrando dificultades técnicas, derivadas en parte de la desconfianza que el Gobierno norcoreano genera en los bancos asiáticos.
Las autoridades chinas han pedido a Estados Unidos que tengan paciencia y que den a Pyongyang "tres o cuatro de días más". Así lo anunció ayer en Pekín el negociador estadounidense, Christopher Hill. "Nos parece sabio. No pretendemos tomar acciones unilaterales, sino trabajar con nuestros socios".
El portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Sean McCormack, lo ratificó desde Washington. "Nuestra paciencia no es infinita, pero creemos que, dadas las inesperadas complejidades surgidas en relación con algunas de las cuestiones bancarias, es prudente dar a este asunto unos pocos días más".
No obstante, tanto Estados Unidos como Japón han insistido en que no quitarán el dedo del renglón, y han instado a Kim Jong-Il a ceñirse a sus compromisos, que permitirán al régimen norcoreano recibir 50.000 toneladas de combustible pesado y otras ayudas destinadas a paliar la pobreza de la población. Los países firmantes del acuerdo han señalado que las ayudas no se harán efectivas hasta que Pyongyang haya cerrado sus instalaciones nucleares y haya invitado a los inspectores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Mientras, en Pyongyang, miles de norcoreanos rindieron ayer homenaje en un multitudinario festival al fundador del régimen estalinista, Kim Il-sung, padre del actual dictador.
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