La UE carece de coordinador antiterrorista desde hace un mes
Mientras Al Qaeda riega de sangre el Magreb y llama a izar el estandarte yihadista en "el usurpado Al Andalus", la Unión Europea parece no darse por aludida de esta escalada terrorista. Los ministros de Interior de los Veintisiete se reunirán el próximo jueves y viernes en Luxemburgo y en su agenda ni siquiera figura el terrorismo yihadista y la creciente amenaza que la presencia de la red de Bin Laden supone, sobre todo, para los países del sur de Europa. Son los mismos ministros a los que parece no preocupar que el puesto de coordinador antiterrorista de la UE lleve un mes desierto, después de que el holandés Gijs de Vries lo abandonara "por motivos personales". "Desgraciadamente, la política antiterrorista de la UE sólo avanza a golpe de atentados en suelo europeo", se lamentan fuentes comunitarias.
El 11-M, provocó que muchos Gobiernos europeos despertaran del semiletargo y que se produjeran importantes avances en cooperación policial y en la lucha contra la radicalización. Pero la reticencia de algunos países a compartir información policial y la distinta percepción de la amenaza entre unos países y otros ha dado como resultado una política antiterrorista renqueante y con pocos visos de mejora en el futuro próximo.
Deficiencias de Europol
En los últimos años se ha puesto en marcha la euroroden que evita los procesos de extradición entre los países europeos y que permite la entrega de criminales en poco más de un mes, se ha reforzado la seguridad en los aeropuertos y se trabaja en programas para detectar células terroristas en Internet.
Pero Europol, el organismo con sede en La Haya encargado de la cooperación policial europea podría dar muchísimos más frutos y no lo hace en parte por la falta de confianza entre algunos países, también para compartir la información de sus servicios secretos, según diversas fuentes consultadas.
"En la práctica no existe una estrategia de lucha común antiterrorista en Europa", explica Fernando Reinares, experto en terrorismo global del Real Instituto Elcano, de Madrid. "El incremento de la amenaza afecta sobre todo a España, Francia, Italia y Bélgica en menor medida; países donde están más extendidas las tramas yihadistas de origen norteafricano. El problema es que no todos los países europeos perciben la amenaza con la misma intensidad y España por ejemplo, se ve obligada a optar por la vía bilateral con Marruecos y con Argelia", sostiene. Es esa diferencia de percepción la que hace que la UE sea además incapaz de poner en pie una verdadera política euromediterránea.
"Estados Unidos tiene una visión mucho más clara de la situación en la zona y prueba de ello es la puesta en marcha del plan para la zona del Sahel", concluye este experto.
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