EE UU cree que Pyongyang no respetará su compromiso nuclear
Hoy acaba el plazo para que Corea del Norte cierre su principal central atómica
La crisis nuclear norcoreana, que desde finales de 2002 ha estado plagada de encuentros y desencuentros, alcanzó ayer un nuevo clímax de incertidumbre. Hoy, sábado, se cumple el plazo para que Pyongyang paralice su principal central atómica -la de Yongbyon-, según lo acordado el pasado 13 de febrero, y EE UU y Corea del Sur aseguran que es poco probable que respete el compromiso.
Washington dice que ha cumplido la condición previa que le había exigido el régimen de Kim Jong-il -liberar los fondos norcoreanos que estaban congelados en un banco de Macao-, por lo que la pelota está ahora en su tejado. "El dinero está disponible", dijo Cristopher Hill, asistente al secretario de Estado y jefe negociador en las conversaciones a seis bandas sobre el desmantelamiento del programa de armas atómicas norcoreano, en las que, desde 2003, participan Corea del Norte, EE UU, China, Rusia, Japón y Corea del Sur.
La situación, sin embargo, no parece clara. Pyongyang afirmó ayer que comprobará si puede retirar efectivamente los 25 millones de dólares que fueron retenidos después de que en septiembre de 2005 Washington acusara al régimen estalinista de falsificar dólares y blanquear dinero. "La institución financiera de la República Popular Democrática de Corea [nombre oficial de Corea del Norte] afectada confirmará pronto si la medida es realmente válida", aseguró un portavoz de Exteriores, según la agencia oficial norcoreana KCNA.
Pacto del 13 de febrero
Su Gobierno mantiene "la intención de poner en práctica el pacto del 13 de febrero", que incluye también la autorización para que regresen los inspectores nucleares de la ONU, y que dará el paso correspondiente "cuando compruebe que el levantamiento de las sanciones es una realidad".
China sugirió el jueves pasado -a pesar de lo dicho por Estados Unidos- que el asunto no estaba resuelto, y Song Min-soon, ministro de Exteriores de Corea del Sur, afirmó ayer que la clave puede encontrarse más allá de las cuentas bloqueadas en la ex colonia portuguesa. "Creo que Corea del Norte considera necesario poder disponer libremente del dinero a su propio gusto, y, una vez que lo haya retirado, ser capaz de entrar en la red financiera internacional", informa France Presse.
La decisión estadounidense de vetar al Banco Delta Asia de Macao por gestionar dinero sospechoso decidió a otras entidades en la región a cortar los lazos financieros con Corea del Norte, lo que le ha creado problemas para mover incluso fondos legítimos.
"Aunque la situación evolucione de forma favorable, es difícil esperar que se puedan dar mañana [por hoy sábado] los primeros pasos", dijo Song. El jefe de la diplomacia surcoreana, no obstante, quiso restar importancia al respeto de los 60 días de plazo acordados, y aseguró que "es crucial no atarse a la fecha, sino hacer avanzar las etapas pactadas".
EE UU ha afirmado que la fecha podría ser prorrogada. "Los participantes en las conversaciones tienen el poder, supongo, de modificar cualquier acuerdo previo", dijo Sean McCormack, portavoz del Departamento de Estado. Pero Song insistió en que es primordial no perder impulso en el proceso de desnuclearización. Los participantes en las negociaciones confían en que, al menos, Pyongyang haga un primer movimiento, e invite a los inspectores de la Organización Internacional de la Energía Atómica, que fueron expulsados a finales de 2002. Corea del Norte ha asegurado a una delegación encabezada por Bill Richardson, gobernador de Nuevo México y candidato a la presidencia de EE UU, quien ha visitado el país, que permitirá volver a los inspectores al día siguientes de haber recibido los fondos bloqueados.
Según el acuerdo de febrero, si Pyongyang autoriza su entrada y paraliza Yongbyon, recibirá 50.000 toneladas de petróleo o su equivalente en ayuda. Una vez que desmantele todas sus instalaciones atómicas, obtendrá ayuda económica, energética y humanitaria por otras 950.000 toneladas de crudo.
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