Huelga masiva en la enseñanza de Argentina por la muerte de un profesor a manos de la policía

"Las tizas se han vuelto a manchar de sangre". Decenas de miles de profesores repitieron ayer este lema y se echaron a las calles para protestar por la muerte de un profesor de Química la pasada semana durante una manifestación en la que se reclamaba una mejora en las paupérrimas condiciones de la enseñanza pública argentina.

La huelga general en la enseñanza pública fue acompañada de paros parciales o totales en sanidad, transportes, banca y justicia. Es la huelga más amplia que se ha producido bajo el mandato del presidente Néstor Kirchner. Todo el país fue escenario de multitudinarias protestas entre las que destacan las 40.000 personas que se concentraron a los pies del Obelisco, en Buenos Aires y desde ahí marcharon a la Casa de Neuquén, en la capital argentina.

Neuquén es la provincia situada 1.100 kilómetros al sur de Buenos Aires, donde el jueves falleció Carlos Fuentealba, de 40 años, profesor de enseñanza secundaria. El policía que le disparó en la cabeza había sido condenado el pasado noviembre a dos años de prisión por vejación a un detenido. La sentencia no había sido aplicada.

La desesperación por la ineficacia de la justicia y las precarias condiciones laborales fueron una constante en las manifestaciones que se sucedieron desde Corrientes, al norte del país, a Tierra del Fuego, en el sur. "En tiempos donde el superávit fiscal alcanza niveles históricos, los trabajadores nos preguntamos hasta cuándo se seguirá acumulando en lugar de distribuir la riqueza", subrayó Nora Cortiñas, de las Madres de Plaza de Mayo. "Es lamentable que estemos contando víctimas en lugar de hablar de subidas salariales", añadió una de los manifestantes.