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Reportaje:Cambios en el Magreb

La segunda mezquita más grande del mundo

La bahía de Argel albergará el mayor templo musulmán tras el de La Meca, en el que se gastarán 6.767 millones de euros

El régimen argelino combate con dureza a los integristas en armas y pone trabas a que los islamistas moderados concurran a las elecciones legislativas de mayo, pero Argelia no deja de ser un país musulmán. Para demostrarlo ha decidido construir la segunda mezquita mayor del mundo, después de la de Masjid al Haram, en La Meca.

Tendrá capacidad para 120.000 fieles, por delante de la Gran Mezquita de Casablanca
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Además de innecesario, erigir un templo mayor que el saudí hubiese sido una osadía. Pero hay algo en lo que la Gran Mezquita de Argel sí superará a la de la ciudad santa saudí: la altura del alminar desde donde el muecín llama a la oración. Con 300 metros, repartidos en 10 pisos, será el más alto del mundo. La más alta de las torres actuales de la Sagrada Familia, en Barcelona, alcanza los 112 metros.

El Ministerio de Asuntos Religiosos argelino adjudicó el contrato de asistencia técnica de la obra, por importe de 28 millones de dólares (21 millones de euros), a la empresa canadiense Dessau-Soprin, según anunció la semana pasada.

La transacción representa una mínima parte de lo que costará la construcción, unos 1.655 millones de euros, a los que habrá que añadir el importe de las infraestructuras de acceso al conjunto religioso. En total, el Estado argelino desembolsará unos 6.767 millones de euros.

"Que nos hayan elegido para llevar la gestión de este proyecto demuestra el espíritu liberal de esas gentes", declaró, entusiasmado, Jean-Pierre Sauriol, el presidente de Dessau-Soprin, al diario Le Journal de Montreal.

Además, "no estamos acostumbrados a negociar con un ministerio religioso", añadió. "Cabe recordar que no somos una empresa musulmana". Ninguna de las otras tres que se presentaron a la licitación, dos estadounidenses y una francesa, lo era.

La nueva mezquita empezará a erigirse en 2009 en la bahía de Argel y deberá estar acabada cuatro años después. Podrá acoger simultáneamente hasta a 120.000 fieles (40.000 en el interior del templo y otros 80.000 en el recinto), y contará también con una sala de conferencias con 1.500 plazas, un centro cultural, tres bibliotecas, un anfiteatro, un hotel con 300 habitaciones, un centro comercial, varios restaurantes y hasta un pequeño parque de ocio para entretener a los niños que acompañen a sus padres devotos.

Congregar a tanta gente "plantea numerosos desafíos", aseguró Sauriol. "Es necesario que los fieles puedan circular con absoluta seguridad", recalcó. Tenía probablemente en mente los frecuentes aplastamientos de peregrinos en La Meca, el último en febrero de 2004, que causó la muerte de 244 personas. Hasta un millón de fieles coinciden a veces en la mezquita de Masjid al Haram.

"Argelia es un mercado prometedor gracias al precio del barril de petróleo", prosiguió Sauriol. "Hay mucho dinero disponible". En el mercado argelino sigue habiendo muchas disfunciones -la leche escasea estos días-, pero el Tesoro posee nada menos que 78.000 millones de dólares (unos 58.650 millones de euros) de reservas que se dedicarán en parte a construir infraestructuras y la Gran Mezquita.

Como ahora el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, el rey Hassan II de Marruecos quiso dejar en "herencia" a sus súbditos el que seguirá siendo hasta 2013 el segundo mayor templo musulmán después del de La Meca, la Gran Mezquita de Casablanca, con capacidad para 105.000 fieles, un 12% menos que su futura rival de Argel.

Marruecos apenas tenía recursos para construirla, pero Hassan II convocó en el año 1988 una suscripción popular con la que recaudó unos 3.000 millones de euros, gracias a las aportaciones casi obligatorias de 12,9 millones de marroquíes y 40.000 extranjeros. El Estado marroquí agregó una cantidad de dinero a la colecta, pero el coste total de la obra se desconoce porque el monarca alauí, fallecido en 1999, no quiso que se desvelara.

La construyó el arquitecto francés Michel Pinseau y la empresa parisiense Bouygues, pero en 2002, nueve años después de su inauguración por Hassan II, aparecieron síntomas de un envejecimiento precoz del edificio, azotado por los vientos húmedos del océano Atlántico que le circunda. El Mediterráneo, un mar más reposado, será probablemente más benévolo con la Gran Mezquita de Argel.

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