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El Ejército israelí entra en la franja de Gaza por primera vez en cuatro meses y mata a un palestino

El miércoles de la semana pasada, la aviación israelí atacó a un grupo de milicianos palestinos en Gaza que se disponían a lanzar un cohete casero hacia Israel. Días después disparó la artillería. Y ayer, por primera vez desde el alto el fuego pactado el 26 de noviembre, soldados del Tsahal se adentraron en Beit Hanún, en el norte de la franja, para impedir que varios milicianos colocaran explosivos cerca de la verja fronteriza.

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Mataron a un miembro de Yihad Islámica, hirieron a otro y detuvieron a un tercero. Según fuentes médicas palestinas, los uniformados impidieron que las ambulancias socorrieran a dos granjeros heridos. Un portavoz militar hebreo esgrimió el temor a que hubiera bombas escondidas en el vehículo para justificar la medida.

Después de varios meses de relativa calma -Yihad Islámica no se comprometió con el alto el fuego de noviembre y dispara con frecuencia cohetes artesanales Kassam-, la situación en Gaza se deteriora sin prisa pero sin pausa.

Si el Gobierno de Ehud Olmert, reacio de momento a invadir Gaza, soporta presiones de mandos militares y de la extrema derecha para que de una vez se decida a asestar un duro golpe a los milicianos palestinos. Hamás no cesa ni un instante de adiestrar a su brazo armado y de hacer acopio de todo el armamento posible. No es demasiado para hacer frente a la poderosa maquinaria de guerra israelí, pero fuentes cercanas a la milicia del partido islamista reconocen que están construyendo túneles y refugios subterráneos. Tratan de imitar el modelo de Hezbolá en Líbano, aunque no puedan contar con el suministro de armas que Siria e Irán facilitaron a la guerrilla libanesa.

Hay unanimidad. Expertos israelíes y palestinos no se cansan de anunciar que un gran ataque israelí es sólo cuestión de tiempo. Hamás se prepara para ello. Y las milicias de Al Fatah, encarnizado rival de los fundamentalistas, también se rearman, aunque no para hacer frente al Ejército israelí. Esperan que las brigadas de Hamás reciban un severo golpe para cambiar el equilibrio de poder en Gaza.

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