Irán y Reino Unido rebajan el tono en la crisis de los marinos y apuestan por la diplomacia
El Gobierno británico declara que "se están moviendo muchas cosas entre bambalinas"
Irán y Reino Unido han decidido rebajar la tensión y buscar soluciones a la crisis de los 15 marinos capturados por Teherán. "Este asunto puede resolverse a través de los canales diplomáticos y no hay necesidad de ningún juicio", dijo anoche Ali Larijani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán. "Aunque aún existen diferencias, podemos confirmar que compartimos" la preferencia iraní "en favor de un diálogo bilateral para hallar una solución al problema", respondió el Foreign Office desde Londres.
Poco antes la cadena de televisión iraní, Al Alam, informó de que la actitud de Londres registraba "cambios positivos. Estos comentarios fueron acompañados por nuevas imágenes de los militares capturados hace 12 días en las que "confesaban" haber entrado en aguas iraníes. La radio estatal anunció poco después que ya no se emitirían más grabaciones de los marinos e hizo también mención a la existencia de "cambios positivos" en la actitud del Reino Unido que no especificó. "Si este camino continúa, uno puede esperar que el problema se resuelva en un proceso bilateral alejado del escándalo y el griterío, y alcanzando las exigencias lógicas de Irán", se decía.
El Foreign Office se limitó a expresar "gran preocupación" y a calificar de "inaceptable" las nuevas filmaciones, pero sin echar más leña al fuego. El portavoz oficial del primer ministro Tony Blair también huyó de la confrontación en su habitual encuentro con la prensa. "Irán sabe cuál es nuestra posición. Saben que las apariciones en la televisión controlada por el Estado no van a afectar a esa posición", dijo. "Saben que tenemos un fuerte apoyo internacional y hemos contestado a su carta y ahora estamos esperando su respuesta. Se están moviendo muchas cosas detrás del escenario y es mejor no discutirlo en público".
La cautela reina en ambas partes. El portavoz de Blair no quiso entrar en detalles sobre el contenido de la respuesta británica a Irán ni especificar si el Reino Unido ha formulado propuestas concretas para resolver el conflicto, aunque todo apunta a que se está buscando más una fórmula para evitar conflictos similares en el futuro que una aclaración de lo que ocurrió en esta ocasión y quién tiene o no razón sobre la titularidad de las aguas en las que fueron capturados los soldados británicos.
Tampoco la radio ni la televisión de Irán especificaron en qué consistían los cambios que dicen haber percibido en la actitud británica y, como en los últimos días, nadie cogía el teléfono en la Embajada británica en Teherán. Sin embargo, esa suavización del tono iraní podría tener que ver con la carta de respuesta de Londres.
Resulta difícil de predecir si eso va a traducirse en una rápida liberación de los marinos. De aceptar su vuelta a casa sin una disculpa británica -descartada por Londres-, el Gobierno iraní se arriesga a ser objeto de la crítica de los ultraconservadores, cuya retórica ha ido creciendo a lo largo de la crisis.
En todo caso, los observadores recuerdan que Irán es impredecible y el presidente, Mahmud Ahmadineyad, ha convocado para hoy una conferencia de prensa en la que se espera que se pronuncie al respecto
No obstante, los sectores más duros siguen pidiendo un juicio contra los militares, cuyo resultado no está claro, pero que sin duda alargaría el trance. Tal argumento encuentra eco entre muchos iraníes de a pie que perciben como injusto el trato que su país recibe de los países occidentales, y muy en particular del Reino Unido, con el que tienen una larga historia de desencuentros. De alguna forma la aparición de los marinos en televisión les permite sentirse reivindicados. De hecho, las declaraciones que ha mostrado Al Alam parecen más destinadas a convencer a los iraníes (y a los habitantes de Oriente Próximo para los que emite) que al resto del mundo. "Mi nombre es teniente Felix Carman. Me gustaría decir a los iraníes que entiendo por qué están tan enfadados por nuestra intrusión en sus aguas", afirmaba uno de los mostrados en pantalla la noche del domingo.
Aunque en el Reino Unido se da por sentado que el incidente ocurrió en aguas de Irak, algunas voces dejan la cuestión abierta. El ex diplomático Craig Murray, que dejó el Foreign Office siendo embajador británico en Uzbekistán tras denunciar el apoyo de su Gobierno al dictador de ese país, recuerda que la frontera entre ambos países en el golfo Pérsico es motivo de una antigua querella.
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