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Caixa Galicia crea un fondo de 40 millones para adquirir espacios ecológicos

La compra de Sálvora por 8,5 millones es la primera iniciativa para salvaguardar parajes

"Es uno de los parajes más bellos de la humanidad". Con esta frase justificó ayer el director general de Caixa Galicia, José Luis Méndez, la compra de la isla de Sálvora a Francisco de Borja Otero Zulueta de Reales, marqués de Revilla, por valor de 8,5 millones de euros. Sálvora, un archipiélago de 248 hectáreas de la ría de Arousa, integrado en el Parque Nacional Illas Atlánticas, será el inicio del Fondo Natural, un proyecto de la Caixa en el que invertirá, en tres años, 40 millones de euros para adquirir espacios de valor paisajístico o ecológico con el fin de preservarlos.

Caixa Galicia tiene previsto desarrollar un variado programa de actuaciones en la isla Sálvora y los otros seis islotes del archipiélago, que, junto a Ons, Cortegada y las Cíes, conforman el único Parque Nacional de Galicia. El proyecto prevé desde un plan de ordenación de los recursos naturales hasta un programa específico de formación para el sector pesquero de Aguiño y Ribeira, la parroquia y el municipio coruñeses al que está adscrita la isla.

Méndez señaló que el pequeño pazo existente en lo que fue la fábrica de salazón de la isla principal se convertirá en sede de un departamento de Biología Marina, que trabajará en colaboración con universidades gallegas y foráneas.

Los nuevos propietarios de la isla reconstruirán además la aldea de ocho casas, ahora en estado ruinoso, que fue el núcleo de población de Sálvora, abandonado desde hace décadas. La caja pretende convertirlas en una residencia para investigadores, artistas y voluntarios científicos. La isla estará abierta a visitas de grupos organizados y limitados en número.

Además de la intervención en Sálvora, el Fondo Natural de Caixa Galicia presentado ayer pretende crear una red de espacios representativos de los distintos ecosistemas de Galicia, y gestionarlos de forma sostenible. "Quizás se esté abusando del concepto de sostenibilidad, pero hoy no es posible crecer sin calidad. El siglo pasado fue el del crecimiento de masa, de cuantía, y éste tiene que ser el del crecimiento cualitativo", apuntó Méndez. El director general de la caja de ahorros puso como ejemplo la adquisición de derechos de tala y reforestación en bosques para su aprovechamiento, "actividades que son compatibles con su conservación". Pero no lo es, agregó Méndez, "sustituir especies autóctonas por otras foráneas que dañan el terreno".

En el acto de la firma, el marqués de Revilla, que había manifestado hace ya cuatro años su intención de vender esta propiedad, señaló su "satisfacción" porque Sálvora y sus cuatro islotes se queden en Galicia.

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La Xunta, de hecho, había iniciado el pasado año discretas gestiones para averiguar las posibilidades de adquirir esta isla, que junto a la de Cortegada, ahora en proceso de expropiación forzosa, es la única de propropiedad privada del Parque Naciona de las Illas Atlánticasl. Pero se le adelantó Caixa Galicia. "Que una caja gallega, a través de su obra social, compre Sálvora es una buena noticia porque garantiza la preservación del patrimonio paisajístico y su uso público", se congratuló ayer el conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez.

Un camino abierto

En su opinión, la entidad financiera y sus planes para promocionar y abrir a la sociedad esta isla de gran valor ecológico están en la línea "del camino que abrió la Xunta" cuando inició en julio de 2006 el proceso para expropiar Cortegada, propiedad de una empresa inmobiliaria. El argumento principal del Gobierno gallego para comprar ese archipiélago, también situado en la Ría de Arousa, muy cerca de Vilagarcía, reside precisamente en que al estar en manos privadas no puede desarrollar ni cumplir los obligatorios planes de conservación de los hábitats y especies que impone su declaración como parque nacional.

No obstante, el conselleiro consideró que en el caso de Sálvora, el uso público y su preservación sí estarán garantizadas por Caixa Galicia. Medio Ambiente, que está a la espera de cerrar con el Estado la transferencia del Parque Nacional Illas Atlánticas a la comunidad autónoma, pretende, de hecho, "seguir dando pasos" con las cajas gallegas y sus obras sociales para la adquisición de otros patrimonios naturales "para su uso y disfrute público".

Cerrada a cal y canto

Vendida hace más de 50 años por el Estado a la familia Goyanes, Sálvora ha estado hasta ahora vedada al público. El embarcadero, la carretera que sube al faro y éste último son los únicos espacios que se pueden recorrer al llegar a la isla, habitada por caballos salvajes, ciervos y dos guardias, empleados del administrador de una conservera de Ribeira a la que estaba arrendada por el dueño.

El celo en impedir que nadie entrara era total. Los agentes del Parque Nacional tampoco eran autorizados a realizar pequeñas tareas de preservación de la isla, como retirar plantas invasoras o limpiar sus cuatro pequeñas playas. Incluso la del Almacén, al pie del embarcadero, estaba prohibida, pese a formar parte del dominio público costero. Todo aquel que hiciera ademán de pretender darse un baño era inmediatamente advertido.

Al principio de los años 70, se marcharon los últimos habitantes y sólo quedaron los guardias y los fareros. Los propietarios y sus arrendadores utilizaban el pazo, una antigua fábrica de salazón de pescado y la vieja cantina reconvertida en una capilla.

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