Guardianes de la palabra
Onomatopeya, nenúfar, magnolio, tiniebla. Son algunas de las 88.431 palabras que figuran en el Diccionario de la lengua española, de la Real Academia Española (RAE) y que conforman el idioma de 400 millones de personas. Todas ellas son objeto de constante estudio en las 22 academias e institutos de la lengua en España, América y Filipinas. Un mundo que defiende la pureza, busca la armonía y trata de que los cambios se incluyan en los diccionarios cuando están consolidados y de la manera menos traumática posible. Descubrir con certeza el número de vocablos del español es complicado por su constante flujo y, sobre todo, porque cada hablante tiene en su cabeza su vocabulario. Es en los diccionarios donde se encuentran los términos más frecuentes, pero sin que eso signifique que en todos los países en los que se habla castellano se empleen los mismos términos, aun a pesar de que poseemos un idioma bastante homogéneo. Los académicos investigan en 22 países las nuevas palabras, los institutos enseñan en el mundo la riqueza de este idioma y es en los diccionarios donde las palabras cobran sentido.
- Real Academia Española. Le acompaña la leyenda "limpia, fija y da esplendor". Fue fundada en 1713 por Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, para "fijar las voces y vocablos de la lengua castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza", según el secretario de la RAE, José Manuel Blecua. Se han ido adaptando sus funciones a los tiempos y hoy tiene como misión principal "velar porque los cambios que experimente la lengua española en su constante adaptación a las necesidades que manifiestan sus hablantes y tratar de no se quiebre la esencial unidad que mantiene en todo el ámbito hispánico".
- Academia Colombiana de la Lengua. Después de la Academia Española fue la primera en crearse en 1871. Su lema varía una palabra: "Pule, fija y da esplendor". Su función, a pesar de la notoria influencia inglesa, es la de lograr el buen uso de la lengua: al hablarla, escribirla, oírla y leerla a través de las dos comisiones que posee (lingüística y vocabulario técnico). "Tienen como reto un mayor compromiso y mejor trabajo", puntualiza el secretario del centro, Jaime Bernal Leongómez.
- Instituto Caro y Cuervo. Premio Príncipe de Asturias de Humanidades en 1999, abarca distintas disciplinas -lexicografía, filología, literatura hispanoamericana, dialectología, historia cultural, bibliografía y fonética-. Nació en 1942 en Colombia con el objetivo de continuar el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana, considerado por los especialistas como un monumento gramatical y sintáctico de la lengua, iniciado por Rufino José Cuervo. En el instituto trabajan 15 investigadores que persiguen confirmar su amor al idioma para honrar la memoria de Cuervo, uno de los grandes especialistas de la lengua. El centro se preocupa por el estudio de la lengua en los diferentes países de Latinoamérica, y dentro de Colombia se interesa por las distintas lenguas. Además de la investigación se dedica a enseñar el castellano a estudiantes extranjeros, al que acuden mayoritariamente asiáticos, franceses y alemanes. Entre sus proyectos para el próximo año se encuentra la publicación de una Historia de la literatura colombiana, una nueva edición corregida del Diccionario y un estudio sobre las lenguas indígenas en Colombia.
- Instituto Cervantes. Es la institución pública creada por España en 1991 para la promoción y la enseñanza de la lengua española y para la difusión de la cultura española e hispanoamericana. Su sede central se encuentra en Madrid y posee otro centro de formación de docentes en Alcalá de Henares, lugar de nacimiento del escritor Miguel de Cervantes Saavedra, y el resto de los 67 centros están ubicados en 40 países. El instituto está dotado con un presupuesto anual de 90 millones de euros y en él trabajan cerca de 2.000 personas, el 40% latinoamericanos. En Nueva York más de la mitad del personal que imparte clases procede de América Latina. Los objetivos y funciones son organizar cursos generales y especiales de lengua española, así como de las lenguas cooficiales en España -catalán, gallego y vasco-. Lo que diferencia al Cervantes de otros institutos es la promoción internacional del español y de la cultura en español que se produce en el mundo. Entre sus tareas están la de apoyar la labor de los hispanistas, participar en programas de difusión del español, realizar actividades de difusión cultural y poner a disposición del público bibliotecas provistas de los medios tecnológicos más avanzados.
- Tesoro de la lengua castellana. El primer diccionario de la lengua española fue obra de Sebastián de Covarrubias, publicado en 1611. No es un diccionario tal y como hoy lo entendemos porque más que hablar de palabras habla del mundo en el que vivió. La obra es un híbrido entre diccionario y enciclopedia, inundado de refranes, experiencias del autor y citas de clásicos que lo convierten en un texto casi literario en el que leer cualquiera de sus palabras es un placer.
- Diccionario del español actual. Coordinado por Manuel Seco, por su método, forma y contenido ofrece notables innovaciones dentro de la tradición de los diccionarios españoles. 4.600 páginas en las que registra el léxico vivo en el tiempo presente, excluyendo las voces caídas en desuso que, de manera mecánica y no pocas veces inconsciente, se observan en los diccionarios usuales.
- Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico. Con edición de Joan Corominas y revisión del académico José A. Pascual, se considera una de las bases léxicas más exhaustivas y sólidas acerca del origen de las palabras españolas y de sus primeros testimonios literarios, antiguos o modernos, que fijan su nacimiento. Corominas fue un prototipo de sabio lingüista cuyos conocimientos se extendían al conjunto de lenguas de la Península y cuyos datos utilizó para complementar el castellano.
- Diccionario de uso del español, de María Moliner. Al hablar o escribir son muchas las dudas que asaltan en el uso de un idioma. ¿Cómo se dice: "Tratar un asunto o tratar de un asunto"? Esta duda, y otras muchas, puede ser despejada sin dificultad si se consultan las páginas del citado diccionario en el artículo correspondiente a tratar. La autora de esta importante obra comenzó a escribirla alrededor de 1950 y fue publicada por primera vez entre los años 1966 y 1967 por Gredos. Como diccionario de uso está provisto de numerosos ejemplos y en él se llama la atención sobre muchas particularidades. En 1998 se reeditó una segunda edición, revisada y aumentada
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.