Vacuna en las aulas contra la violencia

No hacer apología del odio o la venganza y ser capaz de poner en sordina las propias opciones. Ésta fue la principal condición de partida con la que fueron elegidos los testimonios de víctimas del terrorismo que la dirección a cargo de Maixabel Lasa quiere llevar a las aulas. Con ese propósito de partida, además del de ilustrar la diversidad de las personas que han sido objetivos terroristas, se eligieron los ocho testimonios escritos que contiene la guía didáctica elaborada por el Aula de Ética de la Universidadd de Deusto, la asociación Bakeaz y Gesto por la Paz. Los departamentos de Justicia y de Educación, que dirigen Joseba Azkarraga y Tontxu Campos, ambos de EA, deben decidir ahora si aceptan la unidad.

Un juego para crear un barómetro de valores precede la aproximación de los alumnos a los testimonios de víctimas

Fichas, cartas, fotos, textos, cuestionarios, juegos de rol, ambientación en el aula... todos los recursos buscan lo mismo: la reflexión, el debate y la apuesta por la paz. Irene Villa, víctima a los 13 años de un coche bomba, ilustra la actividad denominada Rehacer la vida y Jaime Caballero la titulada La humedad y el silencio como tortura, sorbe el secuestro de 59 días que sufrió.

Un hermano de Eugenio Olaciregui habla de este vendedor de bicicletas, miembro de ELA, asesinado por haber, supuestamente, identificado a un etarra que compró una en su tienda. Muerte y calumnia es el título. Mientras, en la siguiente, No puedo, no debo odiar, hablan el hijo y la cuñada del gobernador militar de Guipúzcoa Rafael Garrido, asesinado junto con su mujer y otro hijo.

Otra actividad está basada en un pasaje del libro Un grito de paz: autobiografía póstuma de una víctima de ETA, escrito por el hermano de Ramón Baglietto. Laura Martín, viuda de Juan Carlos García Goena, asesinado por los GAL, provoca en la unidad llamada ¿Quién mató a mi marido? una reflexión sobre el terrorismo de Estado, mientras otro caso anónimo trata de dar luz a las consecuencias ocultas de la violencia de persecución y la extensión del miedo.

Las cartas a su familia de Mikel Solaun, ex miembro de ETA a quien la banda asesinó en 1984 acusándolo de haber impedido un atentado, cierran el capítulo de testimonios escritos sobre los que se propone trabajar en el aula, en una actividad denominada El coste de rechazar la violencia. Cada capítulo de la unidad didáctica persigue unos objetivos concretos e incorpora una metodología de trabajo posterior a su lectura.

Antes de adentrar a los alumnos en esos testimonios, se les habrá aproximado a la materia. Por ejemplo, a través de las respuestas a un cuestionario o de un juego para establecer un barómetro de valores. También por medio de un relato de contextualización histórica que aborda la evolución de ETA, el balance de víctimas de sus atentados y acoso, y el terrorismo parapolicial que bajo diferentes siglas ha atacado a la banda. Igualmente se propone como actividad previa la proyección y debate, siempre para mayores de 13 de años, de películas como Trece entre mil, con testimonios de familiares de asesinados, Asesinato en febrero o Yoyes.

Un sociodrama y un juego de roles, aportados ambos por Gesto por la Paz, buscan la toma de conciencia de los estudiantes sobre la existencia de conflictos de múltiples tipos y tratan de estimular comportamientos tolerantes y de respeto a las diferencias ante ellos, frente al recurso a la violencia.

[La directora de Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, presenta esta mañana el acto de reconocimiento a las víctimas, que se celebrará el próximo 22 de abril en el Palacio Euskalduna de Bilbao. El momento central será la lectura de un manifiesto por parte de una víctima del terrorismo. Será el colofón a las palabras de otras víctimas a través de un vídeo, de representantes de la sociedad civil y de una breve intervención del lehendakari. Lasa se reunió ayer con Covite, que dará libertad de asistencia a sus miembros y se pronunciará como colectivo la semana próxima].