El trabajo de la vida
A los productores Gerardo Herrero y Marta Esteban hay que agradecerles su empeño por intentar reflejar la más bien triste cotidianidad de la gente de mediana edad de ambiente urbano, sus miserias y, por qué no, también sus esperanzas. En materia literaria, Almudena Grandes anda en esa misma órbita, de modo que no es casualidad que ambos productores se hayan fijado en su obra: tras la estimable adaptación de Los aires difíciles realizada por Herrero, llega Atlas de geografía humana, puesta en imágenes por Azucena Rodríguez, que desde Entre rojas llevaba más de una década sin dirigir cine.
Detrás del muy ambicioso título (de la novela y de la película), escondido detrás de una eficaz metáfora, se halla un universo femenino dispar pero muy reconocible: una madre casada con su marido y con la fuerza de la costumbre; una divorciada que otorga preponderancia a su presente antes que a los frutos del pasado; una acomplejada afectiva con miedo a perder su reducto de acomodaticia infelicidad, y una triunfadora por fuera-sufridora por dentro que cuando era joven quería cambiar el mundo y ha acabado convertida por el mundo en la viva imagen del conservadurismo. En la banda contraria, un universo masculino algo más desdibujado, aunque al menos nunca se oye la consabida frase: "Todos los hombres son tal y cual". Y es que los caracteres femeninos serían fácilmente traspasables al campo de los hombres sin necesidad de lanzar mensajes generalizadores equivocados.
ATLAS DE GEOGRAFÍA HUMANA
Dirección: Azucena Rodríguez. Intérpretes: Cuca Escribano, Montse Germán, María Bouzas, Rosa Vila. Género: drama. EE UU, 2007. Duración: 106 minutos.
Irregular, quizá algo discursiva y poco sutil, pero con excelentes momentos, la película debería encontrar su público en la gente que retrata. Quizá como usted.
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