"Los estadounidenses creían que estaban más avanzados que los rusos"
Andrés Ripoll ha vivido en primera fila casi toda la era espacial que se inició con el lanzamiento del Sputnik en 1957. Entonces estudiaba para ingeniero de armamento, soñando ya con la mecánica celeste. En 1968 fue contratado por la NASA para sus operaciones en España del programa Apolo, incluida la histórica misión Apolo-Soyuz en 1975. Luego pasó a la ESA, como director de la Estación Espacial de Madrid, y en 1989 se convirtió en el primer director del Centro Europeo de Astronautas. Miembro de la Real Academia de Ingeniería y de la Academia Internacional de Astronáutica, a los 73 años sigue sumamente interesado por el espacio. Ayer estaba, lógicamente, en París, para el aniversario del Sputnik.
Pregunta. ¿Qué supuso el lanzamiento del Sputnik?
Respuesta. Los seres humanos siempre hemos tenido una gran atracción por el espacio, y allí no se puede llegar extrapolando el funcionamiento de un avión, porque no hay atmósfera. Pero, después de la Segunda Guerra Mundial, se vio que los cohetes sí servían. En 1957, el Sputnik fue el primer paso para cumplir el deseo de la humanidad.
P. ¿Fue una sorpresa?
R. Los dos bandos llevaban su guerra fría particular
y estaban convencidos de que había que ir al espacio, porque era una forma de seguir dominando el mundo, pero los estadounidenses creían que estaban más avanzados y les sorprendió mucho. Los rusos lo hicieron con gran secretismo, aunque lo anunciaron en un congreso del Año Geofísico Internacional, como un golpe de efecto. Como no dejaron al resto del mundo participar, se quedaron, a pesar de que el Sputnik llevaba un contador Geiger,
sin descubrir los cinturones de Van Allen, que fueron descubiertos por los norteamericanos con el mismo instrumento a bordo de su primer satélite, en 1958.
P. ¿Por qué se crea la NASA, una agencia civil, mientras los rusos siguen sus actividades espaciales en el marco militar?
R. Mi opinión es que, como país demócrata, Estados Unidos quería que su actividad espacial civil fuera transparente, obligada también por sus propias leyes. Cada vez que había un fracaso se sabía, al contrario de lo que pasaba con los rusos. Éstos lanzaban muchos más satélites, pero no se sabía porque eran espías, de órbita baja y gran tamaño, que duraban poco y había que reponer. Gastaban muchísimo dinero, pero todo era secreto. En Estados Unidos, el sector espacial militar también gastaba mucho más dinero que la NASA.
P. ¿Qué ha supuesto la era espacial?
R. Lo esencial es que la entrada de la humanidad en la era espacial ha cambiado la forma de pensar del ser humano. Ya puede pensar en explorar otros mundos. Hay una discusión continua sobre si se deben enviar seres humanos o sólo máquinas al espacio, pero yo creo que es un poco tonta. También se pueden hacer exploraciones automáticas de la Antártida y de los picos montañosos más altos y, sin embargo, van las personas. Lo mismo pasa con el espacio.
P. ¿Qué se ha obtenido hasta ahora de la exploración espacial?
R. El beneficio mayor es la adquisición de conocimiento, en estos 50 años han quedado obsoletas muchas teorías del Universo. En segundo lugar, el espacio ha servido para mejorar la calidad de vida, con los satélites de comunicaciones, meteorológicos, incluso los de reconocimiento. Luego está la posibilidad de la exploración de otros mundos, incluidas futuras colonias espaciales para expansionarnos. Es espectacular la cantidad de investigación y desarrollo que se ha realizado para el espacio, se calcula que en todo el mundo ha dado lugar a 50.000 empresas y muchas aplicaciones son en el área de la salud.
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