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Lufthansa y un fondo estadounidense solicitan información para entrar en Iberia

El río suena y lleva agua suficiente como para una crecida. Los rumores sobre la compra de Iberia por parte de una gran aerolínea europea que han llevado a sus acciones a precios récord en Bolsa obligaron ayer a la antigua compañía de bandera española a comunicar a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que ha autorizado a su presidente, Fernando Conte, a facilitar información a los inversores interesados con vistas a una operación de concentración.

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La española informa a la CNMV de que ha autorizado a su presidente a suministrar datos a "compañías aéreas o inversores"
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En el hecho relevante remitido en la mañana de ayer a la CNMV, Iberia informa de que "en la actualidad no existe ningún acuerdo, oferta o propuesta por parte de terceros" con vistas a una operación corporativa. Fuentes del sector afirman, no obstante, que, sin llegar a una propuesta u oferta concreta, Lufthansa y un fondo de inversión estadounidense se han dirigido a la compañía para recabar datos, si bien no avanzaron qué tipo de operación se podría plantear. En la reunión del Consejo de Administración de Iberia de hoy, Conte tendrá oportunidad de dar alguna información adicional.

La unión de Iberia (con 27,8 millones de pasajeros en 2006) y Lufthansa (53,4 millones) daría lugar a un gigante aéreo que se situaría en el tercer puesto mundial, sólo superado por American y Delta.

Iberia explica que "ha declarado públicamente su convicción" de que se dará un proceso de consolidación en el sector, en el contexto de una desregulación, de la que es un "paso importante" el principio de acuerdo entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre cielos abiertos. El Consejo de Ministros de Transportes de la UE tiene previsto ratificar hoy dicho acuerdo, que liberaliza los vuelos entre ambos lados del Atlántico.

La "posición estratégica" de Iberia y esos cambios de regulación despiertan las apetencias de "compañías aéreas e inversores en general". El acuerdo de cielos abiertos facilita además la integración de empresas aéreas estadounidenses y europeas.

El interés del mercado

Iberia reconoce en el texto enviado a la CNMV que el consejo de administración "tomó nota del interés del mercado" el 26 de febrero, en una reunión en la que se autorizó "expresamente" a su presidente a "facilitar información a potenciales inversores" que tengan un interés "real y serio". Y que "cuenten con adecuada solvencia económica y capacidad técnica" para afrontar una operación de concentración. Es decir, le dieron vía libre a Conte para buscar una novia con posibles.

Pero la antigua compañía de bandera no tiene intención de casarse con el primero que se lo proponga. "Iberia no es Alitalia", explica un portavoz de la aerolínea. "No está en venta", sino que busca alguna operación que le permita crecer en un entorno de creciente competencia.

Entre los padrinos que aceptaron ese primer paso para el incipiente noviazgo se encuentran los dos consejeros (de los 12 que tiene la aerolínea) nombrados por British Airways, propietaria del 10% del capital de Iberia, a la que recurrentemente se ha atribuido interés en una fusión con la española. Lo tendría más fácil que Lufthansa, ya que los pactos entre los accionistas de referencia de Iberia (además de la aerolínea británica, Caja Madrid, BBVA, Logista y El Corte Inglés) obligan a ofrecer a los otros cualquier participación que se quiera vender.

Tanto el BBVA (que tiene el 7% del capital) en su junta de accionistas, como Caja Madrid (9,6% de los títulos) en su asamblea general han expresado su intención de desprenderse de sus participaciones industriales, si bien no han confirmado que vayan a vender de inmediato sus acciones de Iberia. En ese caso, las plusvalías serían sustanciosas, toda vez que los títulos de la aerolínea siguen al alza y superan con mucho el precio que pagaron en el proceso de privatización.

En 1999, la valoración concedida a la compañía en la primera fase de la privatización fue de unos 2.728 millones (algo menos de tres euros por acción). En la salida a Bolsa de 2001 la valoración se rebajó a 1.086 millones (1,19 euros por acción), una rebaja de la que se benefició British Airways con respecto a su 10%. Ayer Iberia cerró con un valor en Bolsa de 3.489,44 millones, tras batir de nuevo un récord de cotización. Llegó a pagarse a 3,80 euros por título, si bien cerró en 3,70, con una subida del 3,35% sobre la víspera, en que había subido un 8,85%. Las acciones de Lufthansa, en cambio, bajaron un 0,54% y cerraron a 20,25 euros, con una capitalización bursátil de 9.272 millones.

La existencia de las antiguas compañías de bandera, que obligaba a cada país a tener una por razones de Estado o vergüenza torera, condujo a la proliferación de líneas aéreas. Muchas de ellas subsistían gracias a las inyecciones públicas, aunque en la práctica estuvieran quebradas. La instauración de un mercado único y de la libre competencia -unido a las sucesivas crisis por los atentados terroristas de 2001 en Estados Unidos y el alza de los precios del petróleo- aclaró las cosas, se acabaron teóricamente las ayudas públicas y se abrió un proceso de integraciones.

Alianzas y fusiones

Por un lado, se hicieron alianzas, como Oneworld (a la que pertenece Iberia), Star Alliance (que lidera Lufthansa) o Skayteam (Air France), en las que las compañías que las integran comparten códigos de vuelos, tarjetas de fidelización y otras ventajas. Por otro, se acordaron fusiones, como las de Air France y KLM, que intercambió un 2% de su capital con Alitalia. La aerolínea italiana está en proceso de venta del 30% del capital por parte del Estado italiano, que aún tiene el 49,9% de la compañía.

Aunque ese proceso de reestructuración venga de lejos, el acuerdo de cielos abiertos entre la UE y EE UU es la nueva excusa que abre las puertas a todo tipo de elucubraciones sobre el futuro del sector aéreo. Se vuelve a hablar de fusiones e integraciones y, parece que de forma más decidida, de la implicación en ellas de la española Iberia.

La compañía española, con 56,7 millones de beneficios, es una de las más rentables del sector y no ha dejado de estar en el punto de mira de competidoras de mayor tamaño. También se han metido en su accionariado fondos de inversión especializados en el sector.

Aviones de Iberia, en la pista del aeropuerto de Barajas, Madrid.
Aviones de Iberia, en la pista del aeropuerto de Barajas, Madrid.REUTERS

Las lecciones de E.ON

Los responsables de Lufthansa, conocedores del conflicto diplomático que originaron sus paisanos de la eléctrica E.ON al anunciar el lanzamiento de una OPA sobre la española Endesa sin haber dado antes ninguna señal al Gobierno, parece que han empezado desde abajo. Han llamado a la puerta de Iberia y se supone que se dará información a las autoridades.

Es verdad que hay diferencias, ya que el sector aéreo no tiene una regulación nacional específica como el eléctrico, pero Iberia es la antigua compañía de bandera de España que viene del sector público y parece decente no irrumpir de forma hostil. También es verdad que, en este caso, no hay ninguna oferta firme presentada, como ocurría en Endesa, ni se espera -aunque todo es posible- que se abra un enfrentamiento entre las fuerzas políticas.

Por eso, si el interés mostrado por los alemanes pasa a mayores, parece que los pasos que han iniciado son los adecuados para abrir una negociación en la que, como en el caso de Endesa, aparecen claras implicaciones nacionales. Aunque la empresa sea ya privada, la SEPI mantiene una participación del 5%.

En cualquier caso, el interés mostrado por la compañía alemana sobre Iberia viene de lejos, convencidos todos de que el panorama conduce a integraciones inevitables. La entidad española, además, aparece como una pera en dulce.

Es la cuarta en tamaño, por detrás de la propia Lufthansa, British Airways y Air France, pero es la que ofrece la rentabilidad más alta de Europa y figura en una posición líder en el mercado de Europa con Latinoamérica.

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