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Reportaje:

El bilingüismo mejora la atención

Las personas que dominan dos lenguas tienen ventajas cognitivas en las actividades que exigen concentración

Es difícil concentrarse en una conversación en una oficina llena de gente hablando al mismo tiempo, yendo y viniendo de un lado a otro, y con varios teléfonos sonando en todo momento. Ahora bien, si la persona es bilingüe, lo tiene más fácil. Las personas que hablan dos lenguas tienen una mayor facilidad para focalizar su atención en aquello que consideran importante y no distraerse. Así lo demuestra un estudio del Grupo de Investigación en Neurociencias del Parque Científico de la Universidad de Barcelona, en el que han participado 100 jóvenes monolingües y otros 100 bilingües (catalán-castellano), pasando por diferentes tareas experimentales que ponían a prueba su capacidad de atención.

Es cuestión de necesidad. Según explica Albert Costa, responsable del proyecto, "los bilingües han de controlar continuamente sus dos lenguas para no mezclarlas y evitar interferencias de una sobre la otra". Por eso, además de utilizar las áreas del cerebro dedicadas al lenguaje, también utilizan simultáneamente los circuitos cerebrales relacionados con la capacidad de atención. Esto supone un sobreentrenamiento de esta zona y, por tanto, una mayor agilidad respecto a los monolingües en tareas que requieren un mayor control.

En las pruebas se ha sometido a los dos grupos a situaciones que se prestan a confusión y que para esclarecerlas hay que quitar del medio información no relevante, es decir, información que puede despistar. Albert Costa pone un ejemplo: "Si un conductor encuentra a su izquierda una señal de tráfico que le indica que debe girar a la derecha, es probable que se equivoque o que tenga que dedicar un tiempo a pensar hacia qué lado debe ir. El bilingüe resuelve el conflicto más rápido y no duda en que debe girar a la izquierda". La confusión en las señales de tráfico es uno de los elementos que mayor estrés provoca en la conducción y en ocasiones, la decisión debe tomarse en cuestión de segundos.

Del mismo modo, si se le presentan dos series de números como estas: 222 y 333, y se le pregunta cuántos números ve, el bilingüe contestará en los dos casos que 3. Sin embargo, el monolingüe debe pensárselo más para no acabar diciendo que en el primer caso hay 2, dejándose llevar por la información que le da el número en sí mismo, que efectivamente es un 2. Otros estudios apoyan los resultados obtenidos por Costa, ya que se ha observado que lesiones en las áreas del cerebro responsables del control de la atención hacen que los individuos bilingües mezclen sin darse cuenta las dos lenguas.

Este sobreesfuerzo mental también tiene su recompensa en la vejez, ya que otros estudios demuestran que los individuos bilingües tardan más en desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Sin embargo, no todo son ventajas. El equipo de Costa también ha encontrado algunos inconvenientes del bilingüismo. Sólo es cuestión de milisegundos, pero los bilingües son más lentos hablando, seguramente porque tienen que manejar dos bases de datos en su cerebro. También son frecuentes lo que llaman "puntas de la lengua", que no es más que aquellas ocasiones en que la persona se queda atascada en una palabra y tarda un tiempo en recuperarla. Esto ocurre sobre todo con palabras que no se utilizan con frecuencia y que además son muy diferentes en una lengua y en otra.

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