Shakespeare para nuevos públicos
Hay tres escenas de esta versión divulgativa y parcialmente musical de El sueño de una noche de verano que valen por toda la función. La que protagoniza una Hermia colérica (estupenda Claudia Giráldez), zafándose de los dos pretendientes de Helena para lanzarse en plancha contra su rival; la pelea a ciegas de Demetrio y Lisandro, enredados por la mano invisible de Robin, y la desastrada Tragedia de Píramo y Tisbe, donde José Luis Torrijo y Chiqui Maya hacen alarde de vis cómica. Son tres picos en un montaje con dientes de sierra, aligerado de ambiciones con respecto a otros que hemos visto de la misma obra.
Juan Bosco, su adaptador, traslada la acción de la Grecia clásica a una playa actual, adonde han huido cuatro chicos de familias gitanas enfrentadas, y Tamzin Townsend, su directora, marca un estilo de actuación ligero, desenfadado y muy físico. Las canciones de Antonio Carmona y de Beltrán Cavero son un buen gancho para un público joven y poco frecuentador del teatro.
Dirección: Tamzin Townsend. Teatro Albéniz. Madrid, hasta el 8 de abril.
El sueño de una noche de verano Adaptación: Juan Bosco. Con Asier Etxeandia, Flor Aragón, Chiqui Maya, Claudia Giráldez, José Luis Torrijo, Eduardo Mayo, Javier Godino, Alfonso Bergara, Nur Al Levi, Mingo Ruano, Vicky Castillo, Alba Flores, Juan Maya, Freddy Valero y Konstantin Chakarov.Vestuario: Mila Bentabol. Escenografía: Ricardo S. Cuerda. Música: Antonio Carmona y Beltrán Cavero.
Las interpretaciones tienen calidad dispar. Aparte de las citadas, destaco el Oberón de Asier Etxeandia, que fragua sus momentos mejores junto al Robin acrobático y volatinero de Eduardo Mayo: hacen un dúo amo-criado extremadamente cómplice.
Babelia
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